1. "La Chiquita"


    Fecha: 14/04/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mañas para que accediera, pues en verdad ya me había mentalizado a romperle ese culito rosado. Le dije que no le iba a doler, que se lo haría con mucho cuidado, que nomás la puntita, que al cabo yo no tenía tan grande la verga y que era por su bien para amansarlo para cuando se lo rompiera uno bien vergudo ella ya no sufriera,…, que le daría una buena propina,… pero ella nunca accedió. En cierto punto, sabiendo que yo la llevaba de perder, le dije “o por el culito o me los sacas a mamadas”, si bien en realidad no esperaba sino otra negación y ya estaba preparado para aceptarla. Para mi sorpresa, dijo que mejor me lo mamaba.
    
    Me puse de pie y me quité el condón, dejando mi verga escurriendo, amoratada de tanta excitación y por tanto mete y saca. Ella se puso en cuclillas en el piso frente de mí. Ni siquiera limpió mi verga, sino que así como estaba se la empezó a engullir y a mamar con maestría, y con ganas de que yo ya terminara de una vez por todas.
    
    No tardé mucho. Le dije que me arañara los huevos. Así lo hizo en tanto me la seguía mamando. En cierto punto, me dejé ir. Creí que se iba a quitar al sentir el primer disparo, pero por el contrario, me araño con más fuerza los huevos en tanto se contraían chorro tras chorro, y con la otra mano me chaqueteó frenética la base de la verga, pero conservaba en su boca la punta y un buen trozo. Al chupar con fuerza la cabeza de mi verga, como si lo hiciera con un dulce, viéndome a los ojos, me hizo sentir tan intenso que casi estuve a punto de pedirle que parara, pero la imagen de esa hermosa boquita aprisionando mi verga era tan erótica que sería un pecado evitarlo.
    
    Ella no soltó mi verga hasta succionarle hasta la última gota de leche; a pesar de que seguían los espasmos de mis pelotas, ya nada salía. Supuse que ella correría al baño a escupir la leche que llevaba en la boca y a enjuagarse; pero no, se la tragó todita y sin hacer gestos de asco, sino sonriendo y mirándome a los ojos, con cara de la puta que sabía que yo esperaba fuera para mí.
    
    Le agradecí el buen momento y le di una buena propina. Nos vestimos sin prisa, platicando de cualquier cosa excepto de la buena cogida que nos acabábamos de dar. Bajamos juntos al bar, pero yo ya no me quedé a seguir la juerga
    
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    en parte porque el dichoso bar es muy caro y en parte por no hacer tarde
    
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    . Le dije que otro día la buscaría, para coger de nuevo. Tardé semanas en regresar (pues el dinero no crece en los árboles) con la intención de repetir con ella. Pero ella ya no estaba, y yo no pregunté más, así es su trabajo.
    
    Hasta la fecha no he sabido de ella. Como sea, a menudo la recuerdo y a veces, como en este momento, me hago una buena chaqueta a su salud, recordando una de las mejores mamadas que me han dado en mi vida. 
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