1. Siendo un buen sugar daddy


    Fecha: 13/04/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Max pegrosso, Fuente: CuentoRelatos

    ... muy gruesa, algo pegada que le tapaba hasta por debajo de los glúteos, pantalón de mezclilla y tenis negros tipo botita, su rostro bien maquillado, nada exagerada, tal como en sus fotos, lo diferente era que tenía el cabello trenzado con dos trencitas laterales muy pegadas a su cabecita, de cierta manera se veía elegante y me la imagine vestida con algo más atrevido (en mi imaginación, se estaba elucubrando, la vestimenta que le iba a colocar, la cual pertenecía a mi esposa, me sorprendió un poco que coincidieran (choro), porque eran de la misma complexión aunque ella era 10 centímetros más alta).
    
    Debo decir que mi esposa luce mucho más joven de la edad que tiene y eso es lo que me gusta de ella y fue ella misma quien desencadeno mis infidelidades, no intento justificarme, debo aclarar.
    
    Me saludo muy educada, atenta si se puede decir, aunque estaba un poco asustada por subirse al auto de un desconocido y más de madrugada, también logré percatarme de algo, no soltaba su mochila, se notaba la desconfianza, era evidente porque la abrazaba… La salude de la misma manera muy cordial, sobre todo respetuoso, procure no hacer contacto físico y antes de arrancar el coche, le pregunte si estaba segura de irse a meter a la cama conmigo, me contesto que si, porque yo le parecía atractivo, le convenció durante las conversaciones previas, que me había tomado el tiempo para conocerla un poco (gustos, aficiones y como le gustaba el sexo), al mirarme notaba que si era de su agrado y termino con una sonrisa muy sincera antes de decirme estas palabras; porque necesito el dinero.
    
    Al mismo tiempo de encender el auto, comente el motivo del porque hacia esto y lo resumí a dos palabras que lo explican bastante bien “solo diversión” y que me causaba morbo, aparte de placer pagar por probar el sexo de una chica más joven y termine con que lo iba a disfrutar bastante, automáticamente -Ella sonrió– contestando; anda vámonos, espero que tu casa no este lejos y si este sola (esbozo, su sonrisa nerviosa), hice un comentario enseguida, si quería compartirle el viaje a una amiga lo entendería ( la verdad lo mencione para ver que me decía y bueno también para que no sintiera incomoda), ella contesto que no le gustaría que algún familiar o amiga se enterará de lo que hacía, la interrumpí para darle un consejo; “que nunca sepa tu mano derecha, lo que hace tu mano izquierda”. Ella volvió a sonreír y note que se iba relajando un poco.
    
    Platicamos durante el trayecto, de forma descarada por mi parte, hice el comentario a unas cuadras antes de llegar, sobre mi verga que ya la tenía super dura, ella bajo la mirada para ver la erección que tenía, observe orgulloso como se sorprendió, dijo se ve que eres bastante presumido sobre eso, volví a interrumpir con estas pablaras; se cómo usarlo, ella volvió a sonreír ya mucho más tranquila al ver mi domicilio se tranquilizó, estaba por abrir para dejarla pasar, antes le dije que no hiciera ruido ya que mis vecinos eran bastante ...
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