1. Mi primera vez anal


    Fecha: 13/04/2019, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... miedo dado a que ya lo había intentado con otros hombres pero siempre terminaba llorando.
    
    - Derek ahí no - Pedí aún gimiendo de placer mientras él no paraba de masturbarme ya por ambos agujeros - Me va a doler - Alcancé a decir en un hilo de voz pero eso lo excitaba más, me veía casi babeando.
    
    - Sabes que esto es inevitable si estás conmigo - Sentenció riendo pícaramente. Su sonrisa era angelical: dientes casi perfectos, labios carnosos y barba a medio crecer pero bien formadita, no dos o tres pelos nada más. Le miré a los ojos al voltearme para evitar a toda costa perder la última virginidad que me quedaba y sus ojos pasaron de un hermoso verde a un gris extraño. Si soy honesta había leído del tema pero jamás creí que una persona pueda cambiar algún tipo de apariencia física así, sentí un vuelco al corazón y mucho miedo pero él no dejaba de sonreír y yo ya lo amaba demasiado. Se paró de la cama un segundo a buscar algo en mi tocador, hasta que lo encontró. - Con esto te va a doler menos - Dijo mostrando un bote de mi crema corporal.
    
    - Pero...
    
    No tuve tiempo de completar la frase, el muy inteligente me volvió a poner boca abajo en el colchón de una manera sublime: adoro los juegos de dominación y aunque sabía que dolería mucho, era más la excitación al ver su hermoso y enorme pito rosado casi estallando de placer.
    
    - Quédate tranquila - Pidió y echó un enorme chorro de crema sobre mis nalgas que fue masajeando poco a poco hasta llegar nuevamente a mi ano virgen. Con el dedo meñique volvió a dilatarlo y al notar que no oponía demasiada resistencia intentó con su pene; sentí la punta rosada de esa herramienta gorda y de buen tamaño de longitud y de inmediato chillé dolorosamente
    
    - Basta, tengo miedo
    
    - CÁLLATE - Gritó suavemente, concentrado para introducir su pene más al fondo. Intenté moverme pero yo peso 70 kg y Derek estaba por los 110 y casi todo era músculo, sus piernas están tan bien trabajadas que podía inmovilizarme con ellas prácticamente.
    
    Mordí la almohada como ví alguna vez en las pelis porno y logré captar con dolor cada centímetro que iba entrando Derek en el lugar más sucio de mi cuerpo y que siempre protegí tanto. Unas lágrimas se me salieron, volví a suplicarle que parara pero él reía y acariciaba mi cabello para jalarlo después de metérmela de un solo golpe y comenzar a bombear.
    
    - ¡Basta por favor! - Supliqué al tiempo que me vió llorar, algo que él no soporta en las mujeres y entonces paró pero no sin antes follarme la boca a su manera y hacer que me tragara su leche. De eso no me puedo quejar, me encanta, aunque no podía estar sentada.
    
    Se echó a un lado mío en esa cama matrimonial, encendió un cigarrillo y acariciaba mis nalgas rojas aún con el ano dilatado y palpitante. No me atreví a acostarme de manera normal dado al dolor que no se me quitaba, él se durmió y pensé que quizá solo era una fantasía de las suyas: desvirgarme de cualquier manera posible. Observé su cara angelical, sus pestañas ...