1. Natalia - capítulo 6 - experimentando


    Fecha: 12/04/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: nibelungo72, Fuente: TodoRelatos

    ... 2 manos haciendo fuerza se oyó un clack y meñique dio un grito de dolor.
    
    Le sacamos el aparato con cuidado, había quedado perfecto, lo dejamos reposar unos minutos, antes se sabía que tenía una polla gracias al prepucio, pero ahora no se vería nada y cuando le crezca la mata de pelos la ocultará totalmente.
    
    Me enseñó a ponerlas, pronto empezó a ver cómo sus tetillas se volvían rojas e intentaban ocupar el espacio vacío del émbolo.
    
    Quitamos las piezas de velcro de la cama y le pedí a meñique que se pusiera a 4 patas y que hiciera fuerza para expulsar el recto por el ano. meñique hacía fuerza, se veía que le dolía y le costaba, pero al final lo sacó. Marco se quedó muy sorprendido, lo agarro por la base y lo estranguló.
    
    Agarró un poco de lubricante y empujo el recto dentro del ano, meñique puso cara de alivio.
    
    Lo volvimos a poner tumbado boca arriba y lo volvimos a inmovilizar.
    
    Una vez procedimos con la desinfección de la zona, empezamos con la sesión, tenía la tetilla izquierda muy hinchada y muy sensible, agarré una de las agujas no sin antes explicarme la diferencia entre los calibres y longitudes de las agujas. Agarré una de un calibre mediano y de unos 4 cm de longitud y se la intenté clavar en la tetilla. Parece que clavar una aguja en la piel es algo sencillo, pero la verdad es que es difícil si no tienes experiencia, la piel es flexible y cuesta introducirla.
    
    Al principio me costaba, no podía ponérsela, no acababa de clavársela y aunque entraba un par de milímetros no conseguía que atravesara la tetilla, meñique gritaba de dolor. Al final Marco me paró.
    
    Marco agarró la tetilla con una mano y con la otra introdujo la aguja y le atravesó la tetilla de golpe, meñique grito alto, pero se calmó enseguida.
    
    Lo intenté con la otra tetilla, me seguía costando pero entró y se la atravesé. Tras el grito de dolor meñique parecía más calmado.
    
    Le puse las 2 agujas, una en cada tetilla, cada vez que me acercaba notaba el nerviosismo de meñique, pero seguí el consejo Marco y se las puse con confianza y de un solo golpe, los gritos de meñique no se hicieron esperar, pero se calmaba enseguida. Estaba contenta con el proceso.
    
    Meñique nos miraba asustado, sus ojos estaban muy abiertos y suplicantes.
    
    Marco me explicaba la técnica mientras meñique sufría sus consecuencias, poco a poco fue colocando una hilera de agujas por debajo del pecho derecho sobre las costillas, yo hice lo mismo bajo el pecho del lado izquierdo. Su hilera parecía una obra de arte tan recta y equilibrada, la mía parecían las “curvas de Garraf”.
    
    En ese momento meñique empezó a hacer gestos con la cabeza y el cuerpo, me acerqué a él y le aflojé la mordaza.
    
    Le volví a poner la mordaza y continué hablando con Marco.
    
    Fue a la cómoda y sacó algo de un estuche y me lo acercó, la tomé con una mano y quité el largo capuchón, la observé, era una aguja que me parecía enorme y gruesa.
    
    Marco había traído una especie de arnés con cuerdas que lo dejó inmóvil ...