Natalia - capítulo 6 - experimentando - Relatos Eróticos

Natalia - capítulo 6 - experimentando

Pasaron las semanas, reduje mis encuentros con otros hombres, ya no los necesitaba como antes, meñique se ponía celoso cuando venía con alguno pero lo aceptaba. Me empecé a dedicar más a él, la polla de silicona fue el principio, pero poco a poco fui experimentando, celebramos cuando le introduje por primera vez mi puño y cuando le metí mis 2 puños, durante el proceso comprobé como el recto empezaba a salirse por el ano, le estaba provocando un prolapso, así que me informe y compré una bomba de vacío, quería quería que el recto se le saliera completamente, meñique lloraba y sufría cada vez que lo forzaba a que sacara el recto por su ano, yo disfrutaba.

Y fue en ese momento cuando me di cuenta de que no veía a meñique como una persona, como mi marido o si quiera como un medio hombre, lo vería como un objeto, algo que se utiliza y en mi caso solo para darme placer a través del sufrimiento, de su sufrimiento.

Una sonrisa apareció en el rostro. Meñique tenía bastantes defectos, pero una de sus virtudes era el agradecimiento a las muestras de afecto o caricias.

Llegó el sábado, quería que todo fuera una sorpresa para meñique, así que lo preparé todo sin que viera nada. Lo llamé a mi habitación.

Al cabo de unos minutos de acabar sonó el timbre.

Salí un momento y volví con Marco. Marco es un amigo desde hará unos 5-6 años, tanto mi padre como él tienen una empresa de Publicidad y una vez quedamos los 3 para comer juntos. Allí lo conocí y nos volvimos inseparables. Le invité a mi boda con su en aquel entonces novio y ha sido mi confidente desde que me volví una dominatrix.

De golpe recordé a meñique curvado delante del monitor y pajeándose delante de su “Ama Vanessa”.

meñique sonreía de orgullo y felicidad.

Le pasé la mordaza, un artilugio que él sabía que cuando se lo daba es porque esa sesión sería muy dura. Se lo puso con decisión.

Previamente había comprado e instalado una funda para la cama que tenía piezas de velcro en las esquinas, le puse tanto en las muñecas como en los tobillos el complemento a la funda, cuando se tumbó y estiró tanto los brazos como las piernas, enganche esas piezas a la funda.

Realmente lo intentó, pero no hubo manera de que se soltara. Fuimos a la cómoda que tenía en mi habitación y pusimos todo el material que utilizaríamos. Marco fue el primero en hablar.

Agarré el aparato que había comprado hará una semana y se lo pasé a Marco.

meñique estaba rojo como un tomate inmóvil en la cama mientras Marco y yo nos reíamos de su bultito. Tras un tira y afloja, pusimos el prepucio dentro de la máquina con forma de pistola (la podéis encontrar fácilmente en internet si ponéis “circumcision pistola” en Alibaba compré la mía)

Marco me pasó el artilugio, solo tenía que hacer fuerza y el prepucio se cortaría. Empecé a apretar, pero no tenía la suficiente fuerza. meñique se quejaba de dolor, yo lo intentaba, pero no podía y eso aún provocaba más dolor a meñique.

Le pasé el aparto a Marco y con las ...