1. El primer trío de mi esposa


    Fecha: 11/04/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... empujar. Se fue metiendo lentamente, me dolía mas a mi ver cómo ese monstruo se metía en el culo de mi esposa. Ella se quejo y se quedaron un ratito quietos.
    
    El empezó a moverse para adelante y para atrás cada vez más rápido, la cara de mi esposa era todo un poema. Primero gritaba de dolor, pero ya después, sus gritos eran de lujuria. Acabo varias veces gritando con esa verga que la hacía disfrutar.
    
    ─ ¡Chúpame la concha! ─ Me dijo.
    
    Primero dude. Pero cuando empecé a chupar y tragarme sus abundantes jugos, tener tremenda verga a centímetros de mis ojos y boca, no me importo nada. Alberto acabo, lleno su culo de leche y yo llene la boca de mi esposa con una tremenda acabada.
    
    Nos quedamos los tres en la cama mirándonos por el espejo del techo, mi esposa se veía hermosa, con sus senos con los pezones duros y su concha peluda, con sus manos jugaba con nuestras vergas
    
    ─ ¡Alberto que hermosa tu verga! ─ Le decía a Alberto y luego le dio un beso, baja y se mete la verga en la boca.
    
    ─ ¡Amor siéntate hay! ¡Quiero que Alberto me coja otra vez y tu mires como la puta de tu mujer se traga está inmensa verga por todos los agujeros! ─ Me dice.
    
    Empezaron a besarse y tocarse. Alberto sacaba los dedos empapados de la concha y se los ponía en la boca a mi esposa para que los chupara. Lleno su concha, su culo y su boca con esa verga gorda y venosa mientras mi esposa me veía y me decía…
    
    ─ ¿Te gusta puto como se cogen a la puta de tu mujer?
    
    Acabo muchas veces. Alberto lleno sus pelos de leche y lo que quedaba, en la boca. Descansamos, nos vestimos, tomamos un trago y Alberto le pregunto a mi esposa…
    
    ─ ¿Te gustó?
    
    ─ ¡SIII! ─ Dijo ella ─ ¡Lo haría mil veces más!
    
    El me dio la mano, un abrazo, y me dijo
    
    ─ ¡Tienes una hermosa mujer!
    
    Le agarro la cara de mi esposa, le dio un chupón y le pregunto.
    
    ─ ¡Quiero quedarme con tu tanguita! ¿Puedo?
    
    ─ ¡Si, quítamelas!─ Le contesto ella.
    
    Se empezaron a besar, el la puso frente de mi, levanto su vestido y empezó a sacarle la tanguita tocando su peluda y mojada concha. Salimos del motel, en un par de cuadras él se bajó.
    
    Nos despedimos con la promesa de vernos otra vez, y empezamos el regreso a casa...
    
    ─ ¡Gracias amor por dejarme cumplir la fantasía de que otro hombre me cogiera! ─ Me agradece ella.
    
    A mitad de camino me dijo…
    
    ─ ¡Estoy que me meo!
    
    Paramos, se bajó, se paro frente de las luces del auto, abrió sus piernas, se abrió su concha, y empezó a mear sobre el capot del auto.
    
    ─ ¡Bájate quiero que te hagas una paja por lo vivido hoy! ─ Me dijo mientras seguía meando sobre el carro.
    
    Mi verga ya estaba dura, de su concha todavía salía orine.
    
    Me dijo…
    
    ─ ¡Mójala acá!
    
    Largo los últimos chorritos de orine sobre mi verga, y yo en dos o tres sacudidas eche mi semen sobre el capot, encima de los meados de ella. Me beso y seguimos viaje a casa, ella se durmió y despertó cuando llegamos.
    
    ─ ¡Mañana me bañó! ¡Quiero despertar con el olor a leche, sudor y saliva de ...