1. Apoyada


    Fecha: 11/04/2019, Categorías: Gays Autor: edulopez2732, Fuente: CuentoRelatos

    ... para que yo lo viera, solamente nos alumbraba una vela y nos acompañaba un poco de música, al irse sacando la ropa fui descubriendo su piel, sus músculos, su pene, enorme, lindo, listo para mi, para mi cola, mi boca y mi alma.
    
    Se acercó y me franelo la cola, me paso su enorme pene por las nalgas, me rozo su pene con el mío, me beso la espalda, el cuello, la panza, las nalgas, el agujero, me pasaba la lengua y yo gemía, tímidamente al principio y después como una perra en celo, hasta que me hizo arrodillar y tragar todo su miembro, todo en mi boca, salvaje pedazo de carne que ahora era entregado a mi saliva, lengua y pensamientos, nunca había disfrutado tanto de un pene así, tan rico y suave.
    
    Después de unos eternos y hermosos minutos me paro, me dio vuelta y prosiguió a pasarme la lengua por mi cola, mi agujero, su lengua entraba y salía como una experta, su dedo, dos dedos, todos adentro, mi gemidos eran más fuertes y llego el “cógeme por favor”, “tranquilo” me dijo, siguió haciéndome el amor con su boca y de repente un silencio paro todo, la música se había detenido y solamente mis gemidos y suplicas sexuales estaban en el aire, “cógeme por favor” “cógeme” “soy tuya” “Mira como me abriste la cola” “quiero tu pija adentro” a lo que respondió agarrándome la cabeza y bajándome a chupársela de nuevo, tranquilo bebe, chupa y disfruta, lo hice, se la chupe toda nuevamente, me masturbe y pude acabar como nunca.
    
    Al terminar me levanto y se fue por detrás, en silencio, apago la vela y se acercó, levemente me inclino hacia adelante y de a poco fue acercando su enorme pene, su cabeza primero tocándome la puerta y yo abriéndome despacio, como esperándolo hace tiempo, empezó a entrar, a abrirme, lo primero que hice fue gemir, decir “Ay despacio” pero automáticamente me abrí mas y su pene entro sin dudar, me estaba fornicando, cogiendo salvajemente, como en el colectivo pero desnudos y a oscuras, su pecho contra mí, su cuerpo contra mis nalgas, mi cola abierta de par en par ante su monstruoso pene, me había convertido en una perra, en una puta pedigüeña y lo lograba, me estaban cogiendo como nunca.
    
    La vaselina y el preservativo hicieron la magia, mi ano y su pene se deslizaban como conociéndose durante siglos, mi punto g explotaba, tan así fue que volví a acabar, explote como nunca, mi néctar volando al piso, mis gritos al viento y el adentro mío.
    
    Una hora así, saliendo y entrando, una fiera indomable, su pene firme y duro como nunca, pero llego el momento, parado y dilatado quería que me acabara en la cara, en mi boca, quería probarle todo.
    
    Cuando llegues avísame, quiero tragar todo le dije.
    
    El momento llego, su piernas gesticularon la llegada de todo lo que me esperaba, salí de la posición y me di vuelta, arrodillándome a la espera de su néctar, el cual salió como una catarata, en mi boca, cara, cuello, pecho, todo bañado de su esencia, yo tragando y disfrutando con cara de perra bien cogida, diciéndole gracias por lo de hoy, sabroso ...