1. Apoyada


    Fecha: 11/04/2019, Categorías: Gays Autor: edulopez2732, Fuente: CuentoRelatos

    Siempre viajaba en el mismo colectivo a la misma hora, todos los días de cada semana, mi experiencia era siempre la misma, apretado y empujado, sálvese quien pueda mejor dicho.
    
    Pero no todo es malo, detrás mío siempre venia la misma persona, un señor de unos cuarenta años, yo con 25 lo miraba de reojo, imponía respeto, seriedad, sobre todo intriga. Lo que más me llamaba era que se ponía atrás mío y me apoyaba, levemente al principio pero más obvio con el paso del tiempo, había una confianza muda, sin miradas ni palabras, solo su cuerpo se venía sobre el mío y los dos disfrutábamos del momento.
    
    De a poco se fue ganando confianza y las apoyadas eran cada vez más recurrentes, más cerca, mas el sobre mí, la timidez engaño durante un largo tiempo, solo sentía su cuerpo pero después empecé a sentir una erección, grande, linda, que me calentaba, no lo miraba pero sentía su pene en mi cola, apoyado, esperando que se congelara el tiempo y me sacara la ropa ahí mismo, me hiciera su hembra en el colectivo, solo eran fantasías sin poderse cumplir, pero disfrutaba al imaginarlo.
    
    Siempre bajaba pensando que lindo lo que pasaba, aunque no había palabras ni gestos, solamente su pene apoyándome, como hacía para darle el visto bueno y que pasara algo mas, como podía lograrlo.
    
    Un día lo decidí, tengo que animarme y lo hice.
    
    Al subir al colectivo lo vi parado frente a la ventana, esperando mi llegada, al irme acercando el me vio y fue girando su cuerpo de manera lenta y pausada, esperando que llegara.
    
    Al ubicarme, levantar los brazos y agarrarme él se apoyó de inmediato, fue más rápido que de costumbre, se apoyó y mis nervios aumentaron, lo tengo que hacer pensaba, es ahora, teníamos como cuarenta minutos pero el tiempo pasa volando.
    
    Finalmente baje un brazo y pase una mano al bolsillo de mi campera, cuando vi que nadie miraba, cada uno en su mundo pase mi mano atrás, le acaricie su pene, lo masturbe con el pensamiento y volví mi mano al bolsillo, su pene estaba más parado, más caliente que nunca, otra vez la mano, ahora la deje cinco minutos, lo masturbe mas delicadamente, puse mi mano adentro de su pantalón y se la toque, su piel, su tronco, hermoso lo que sentí.
    
    Antes de bajarme le deje un papel, la dirección y hora de encuentro.
    
    Así fue, ese mismo viernes se apareció por la calle solicitada, a oscuras casi, lo mire y le dije acompáñame, caminamos sin mirarnos pero hablando, nos encantó cada momento que vivimos en el colectivo, mis ganas aumentaban cada vez mas.
    
    Entramos a una habitación que me había prestado un amigo, a oscuras le serví una copa y me prepare para que pasara lo que tenía que pasar.
    
    Se me acerco, me beso suavemente, me paso su lengua por el cuello y me dio vuelta, levemente me saco la remera y paso a bajarme el pantalón, me dejo desnudo, tímido y caliente, se alejó medio metro y me miro, me observo y me dijo “Sos más lindo de lo que imaginaba”, yo ahí, estático, parado, erecto y ansioso.
    
    Se desnudó lentamente ...
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