1. Me convirtieron en su Sirvienta (parte 2)


    Fecha: 26/01/2020, Categorías: Zoofilia Autor: Esme, Fuente: SexoSinTabues30

    ... alguien, y ahora está aquí la Dra., mirándome, esperando a verme tener sexo con su perro, me sentía cohibida, apenada, por lo mismo mi vagina estaba apretada y seca.
    
    Mientras Max daba vueltas a mi alrededor, vi que la Dra. Barranco fue a sentarse a uno de los sillones, se quito el pantalón ajustado ejecutivo color gris, al igual que sus pantaletas, dejándose al cubierto solo su blusa blanca, Max se quedo detrás mi, comenzó a lamerme la vagina, quería apartarlo de mi, pero no podía, pues mientras que con una mano presionaba mi brasier contra mi pecho, la otra yacía contra el piso sosteniéndome para evitar caer de rostro.
    
    Desgraciadamente poco a poco mis quejidos cambiaron a gemiditos reprimidos de placer, pues la lengua de Max estaba logrando su cometido, mi concha empezó a empaparse poco a poco, algo que Max noto y con más insistencia él continuo estimulándome, él sabía que estaba consiguiendo ponerme caliente para él.
    
    Ya con las puertas de mi templo sagrado abiertas, solo era cuestión de que aquella bestia se decidiera a invadirme y conquistar mi cuerpo, yo intentaba seguir negándome a ser abordada, una lucha interna se desato, por un lado mi cuerpo deseaba ser tomado, pero mi mente se negaba a aceptarlo, por alguna razón sentía que si él me tomaba sin tener un vinculo con él, en verdad estaría convirtiéndome en una cualquiera, en una puta, pero mi cuerpo lo deseaba de alguna forma carnal e instintiva.
    
    Pero para nada sirvió mi lucha interna, aquel perro sabia que me tenia lista para él, sin mucho teatro se monto sobre mí, sujetándose con sus patas delanteras de mis amplias caderas, con su pelvis comenzó a buscar la entrada a mi cuerpo con esos frenéticos golpecitos que anuncian la llegada del sexo, de la unión entre un macho y su hembra.
    
    Su erección no tardo en llenar mi templo de placer, al final esa bestia grande y fuerte se pronuncio como mi macho en ese momento, tomándome y reclamando mi feminidad como pertenencia suya, no podía reprimirme más, ya estaba dentro de mí, la cruda realidad era que empezaba a sentir placer, que estaba disfrutando de su sexo canino.
    
    Aquella mujer con las piernas abiertas, sus dedos frotando su clítoris, , dedeando su concha morena y llena de bellos, con esa mirada de excitación que podía ver detrás de sus gafas, Max arremetiendo con ganas empujándose con fuerza contra mis nalgas abiertas, metiendo a fondo su verga canina, que ya estaba hinchándose dentro de mí apretada vagina.
    
    Arquee mi espalda, por el placer que me daba el sentir la verga de Max chocar contra mi útero, su sexo ya había llegado a fondo, la lujuria se apodero de mí en ese instante, apretaba mis labios y jadeaba al unisonó con Max, aquel macho canino dejo ir toda su virilidad contra mí, estirando mi vagina, pero no solo eso, su verga se iba hinchando, el grueso tallo de su pene pronto se hizo sentir, mi concha caliente lo agradeció.
    
    Ya no me importaba el pudor, mi brasier cayó al suelo, mis pechos hinchados estaban al aire, ...