1. Mi primer experiencia con canes


    Fecha: 16/01/2020, Categorías: Zoofilia Autor: Centauro, Fuente: SexoSinTabues30

    ... caderas para que se ubicara en posición correcta, muy correcta. Cuando entró la puntita en mi culo éste ya chorreaba de lubricante, por lo tanto de una embestida la tenía completamente adentro. Sentí que me llegaba hasta los pulmones, dolió bastante, no por su diámetro sino porque mide 20 centímetros hasta el final del botón, y éste había entrado con su base completa, ya que con la excitación que tenía había dejado mi esfínter relajado para que entrara mejor. Bombeó unos 20 segundos, mientras que gimiendo de placer fui apretando mi ano para retenerlo dentro, el dolor se iba y llegaba la muy esperada sensación de estar lleno de esa enorme verga que se agrandaba y endurecía cada vez más..¡Qué sensación!!
    
    Cuando dejó de bombear, intentó bajarse pero lo retuve, dejé pasar su pata trasera encima de mi cadera mientras le agarraba su cola por encima de mi espalda y lo sostuve pegado trasero con trasero. Quería quedarme abotonado y lo logré, pensé, de acá no te vas hasta que vos te vacíes todo y yo acabe.
    
    Tenía una erección como nunca, sentía su bola palpitar masajeando mi próstata mientras me llenaba todo. Aproveché mi experiencia en orgasmos secos y me propuse tener un par antes de eyacular. Relajé mi esfínter un poco para que se moviera su botón y volví a apretarlo, hice esto unos 30 segundos y comencé a sentir la excitación interior de mi próstata, mis músculos pélvicos y mi perineo empezaron a palpitar y a entrar en fase de orgasmo, realmente estaba en el cielo, mi culo lleno, mi próstata masajeada y me pene palpitando al compás de lo orgasmos. Al cabo de un buen rato, (No recuerdo cuanto, perdí la noción del tiempo) decidí que era conveniente eyacular y terminar el encuentro. Hasta el momento no había tocado mi super-erecto pene. Aproveche uno de los picos de excitación de la próstata para masturbarme y terminar con una insuperable eyaculación . Casi me desmayo del orgasmo que tuve con esa bola masajeándome por dentro. Se me tensaron y luego aflojaron todos los músculos. Aprovechó la ocasión mi llenador compañero para despegarse con un ¡plop!
    
    Quedé con el agujero palpitando y mi pene dejando caer las últimas gotitas mientras me lamía mi trasero. Cuando me terminó de limpiar me acerque a él y muy sumisamente hice lo mismo con su pene, tratando de no incomodarlo y que le gustara. Parece que así fue.
    
    En unos días probaré con el otro, vamos a ver cómo me va. 
«12»