1. Cogida en la oficina por un maduro


    Fecha: 07/04/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Karen32DD, Fuente: TodoRelatos

    ... ojo y le sonreía muy coqueta, a veces apretaba mis bubis con mis brazos para que éstas salieran más de lo debido, cada vez que hacía eso él perdía el aliento y el hilo conductor de la plática, entonces yo le volvía a sonreír y a guiñar el ojo. Él no aguantaba mirarme fijamente a los ojos pues mis tetas eran como un gran imán de atracción para su vista.
    
    Sin embargo ese jueguito sólo era mientras estábamos solos, porque cuando llegaban los demás abogados, abogadas o si estaba la señora de la limpieza él se limitaba a decirme sólo “buen día” o “buena tarde”, eso me excitaba mucho pues sólo era cosa de entre nosotros. En una ocasión me llamó a su oficina porque no podía imprimir, fui a su lugar y la verdad no sé qué le había hecho a su PC pero sí estaba muy extraño y no había forma de que imprimiera. Así que le dije que me diera permiso porque desde donde estaba no podía ver bien lo que hacía, él se hizo para atrás en su sillón y yo me puse enfrente inclinada sobre su escritorio (ya podrán imaginarse la vista que tenía de mi)
    
    Pasó otro día y lo mismo, que su PC fallaba y no sé qué cosa, fue entonces que comprendí su jugada, él sólo quería verme empinada sobre su escritorio así que yo me dejaba observar sin pena alguna.
    
    Uno de esos días amanecí más putona de lo normal, sólo podía pensar en el Licenciado en cómo se excitaba al ver mi escote o mis nalgas al caminar. Me puse un vestido largo, color verde militar que entallaba perfectamente mis curvas, me hacía ver unas nalgotas y el escote era una pasada, me puse unos botines negros y una chamarra de mezclilla, decidí no usar bra así cuando él se acercara a mi lugar le regalaría una buena vista. Pasó lo de siempre, le lleve su café y al salir le di uno de mis mejores meneos de cadera, él no tardó en salir a tomarse su café en mi lugar y dimos inicio a ese ritual de semanas atrás donde yo le dejaba ver mi escote, sólo que ahora al no tener bra mis pezones parados se marcaban mucho, y sabedora de eso exageraba algunos movimientos para hacer rebotar mis tetas y excitarlo más.
    
    Se terminó el café y me llamó como otras veces a que le ayudara con su PC, yo fui como las otras veces, me acerque a su escritorio él se hizo para atrás con su silla para que yo pudiese manipular su computadora, me empine y saque el culo para él, pues sabía que sólo me llamaba con puros pretextos tontos de su computadora para que yo me pusiera de esa forma y el pudiera disfrutar a sus anchas la vista de mi megaculo.
    
    Él era un hombre un tanto supersticioso tenía a un costado de su computadora un espejo que según él era para darle protección de malas vibras o algo así, la verdad nunca supe bien para qué era, pero a mí me servía para ver sus expresiones cuando me empinaba en su escritorio. En cuanto me doble hacia el frente el hizo una cara de mucho gozo, clavó su mirada fijamente en mis nalgas, y se llevó su mano a la cara como “peinando” su bigote hasta bajar a su mentón, hizo una especie de mueca llevando sus labios ...
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