1. ¿Quién es mi alumno preferido? II


    Fecha: 06/04/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Luciano Luriol, Fuente: TodoRelatos

    ... piernas. Los ojos del muchacho brillaron al ver la vagina de su maestra, los impulsos por confesar sus sentimientos desaparecieron al instante…
    
    El muchacho disfrutó del coñito de la profesora Teresa…
    
    - Profesora: así es, buen chico, buen chico…
    
    La mujer sentía el cosquilleo en su sexo, la lengua de Joseph recorrió cada rincón de esa vagina. Por momentos la profesora sentía cierta incomodidad. Joseph era muy brusco con el sexo oral, iba directo al grano, muy rápido, no dejaba que la profesora Teresa disfrutara el momento…
    
    Si seguía así iba a hacer que la mujer se corriera al instante, ese no era el plan de Teresa.
    
    La mujer detuvo a Joseph, hizo que se pusiera de pie frente a ella. Era hora del plato fuerte.
    
    Teresa agarró el pene de Joseph e hizo que este apunte directo a su vagina. “¿De verdad esta cosa enorme va a entrar en mi coño?” se pregunto así misma. Estaba a punto de averiguarlo…
    
    - Profesora Teresa: ¡OH JODER!
    
    Era más de lo que podía aguantar…
    
    - Joseph: ¿Quiere que me detenga profesora?
    
    - Profesora Teresa: NI SE TE OCURRA, no te detengas…
    
    Era una cosa o la otra, hacerlo con este alumno era doloroso. Teresa sabía lo que se estaba metiendo, nunca mejor dicho.
    
    Por otro lado, Joseph estaba en el cielo ahora mismo, sujetando las enormes piernas de Teresa y cogiendo como el tímido semental que era. El chico la penetraba tan rápido que no tardó mucho en empezar a jadear por el cansancio. Una adolorida profesora Teresa también estaba en su lucha por evitar gemir demasiado fuerte, al principio le dolió cuando Joseph la ensartó por primera vez, pero la veterana no tardó nada en pasar del dolor al placer.
    
    Teresa vio mucho potencial en Joseph, tenía una gran herramienta que usaba torpemente. Necesitaba a alguien que le enseñe a usar semejante miembro, pensar en esto solo aumentaba el morbo de Teresa, Joseph era el sujeto indicado para liberar todas sus fantasías.
    
    Una compatibilidad que no duraría mucho.
    
    Volviendo a la faena, Joseph se quedaba sin fuerzas, al igual que Teresa. El muchacho apretó con fuerza las anchas caderas de la hermosa mujer y la penetró como si su vida le fuera en ello, Teresa perdía la concentración, su lado más morboso le decía que se deje llevar, pero su lado dominante se lo impedía.
    
    La competencia por ver quien acababa primero iba a tener un final muy reñido. Teresa estaba contra las cuerdas, las piernas no le daban para más, el final ere inminente.
    
    Afortunadamente el destino le sonrió a esta mujer fogosa. Alguien tocaba la puerta. “¿Hay alguien ahí?” escuchó la parejita caliente. Se nota que no habían controlado sus gemidos.
    
    Teresa entró en pánico y para callar a Joseph lo abrazó fuertemente, de manera que le cerraba la boca con sus enormes pechos.
    
    El pobre alumno no entendía nada, solo que estaba siendo asfixiado por unas enormes tetas. Esta sensación de asfixia repentina elevó todos los sentidos de Joseph, una sensación electrizante que empezó en su cerebro y terminó ...
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