1. El masculino y gordo padre de mi mejor amigo (1)


    Fecha: 09/12/2019, Categorías: Gays Autor: Tiliref, Fuente: TodoRelatos

    ... más excitante que había visto en mi vida. Seguro de ello estuve. Un señor hombre. ¿Qué estaría haciendo en su dormitorio? ¿Ver porno? Tenía que saberlo. ¿Pero cómo? La curiosidad y el deseo eran muy fuertes. Me dirigí a la escalera y empecé a subirla con cautela. La habitación estaba a mitad del pasillo y sí, había porno puesto por los gemidos que escuchaba. Me fui acercando poco a poco y me percaté de que los gemidos provenían de una mujer que estaba en la habitación. Don Esteban con la bata abierta se estaba ventilando a la criada filipina que servía en su casa. De repente me vio. “David chico, pasa pasa...no seas tímido, así aprenderás como se trata a una mujer”. La filipina cabalgaba sobre una polla gruesa de unos 6 cms de diámetro. La piel amarillenta de la asiática contrastaba con lo blanco de: el pelo, la bata y el poco vello que tenía Don Esteban. Parecía aburrido. Yo ya estaba dentro y de repente le dijo a la filipina que se marchara y cerrara la puerta. Ella empezó a suplicarle que la follara más. Que quería correrse con él. La cogió por los brazos, la zarandeó y le dio dos bofetadas de aupa. Entonces la filipina se marchó. Tendría como unos treinta y cinco años y Don Esteban estaría en la mitad de los cincuenta. “Mujeres...te complican la existencia” espetó mientras abría las piernas y se colocaba bien los enormes testiculos con la polla aún semi-erecta. “Tú has follado ya?” me preguntó. No sabía que decir. “No” me aventuré. “¿Nada de nada?” preguntó mientras se medio anudaba la bata después de un lingotazo. “Ven, siéntate aquí” me cogió la mano y la llevó a su pene. Empecé a tocarlo, después los huevos. “¿Te gusta?. Quiero ser como tú tío”, me dijo mientras me bajaba los pantalones y notaba mi erección. Él empezaba a funcionar. Me dio la vuelta y me tiró en la amplia cama. Me cogió por las piernas y me las dobló para empezar a comerme el culo. Yo estaba a punto de correrme pero esto solo acababa de empezar. Dejó en paz mi ano y se acostó boca arriba. “Sube encima”, dijo y ya estaba totalmente erecto o casi, era una polla de 18 cm y 6 de diámetro, rosada como sus testiculos, recta y más gruesa en la base. Se lubricó y comenzó. Fueron como unos 40 minutos, 15 de dolor y el resto de un placer que iba in crescendo. Yo no había estado con nadie pero sentía que me estaba iniciando un macho. Me cabalgaba mientras yo apoyaba mis manos en su dura y voluminosa barriga. Cuando ya mi culo se había adaptado a la forma de su miembro, me tumbo de lado y, desde detrás y manteniéndome con su manota la rodilla en el aire, me dio por culo despacio pero a buen ritmo. Nos corrimos los dos. “Quiero que estés siempre dispuesto”. Se levantó y puso la televisión. Mientras la veía y se relajaba bebiendo un poco de whisky, yo le hacía una gran mamada para limpiarle bien como si fuera un gran afortunado y, aún había más. 
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