1. El masculino y gordo padre de mi mejor amigo (1)


    Fecha: 09/12/2019, Categorías: Gays Autor: Tiliref, Fuente: TodoRelatos

    Me llamo David. Mido 1.63 y peso 52 kilos. Soy barbilampiño y tengo la piel rosada. No recuerdo cuando me empezaron a crecer los pelos en los genitales porque me importa muy poco, o tal vez no. Sólo tengo un amigo: Jesús; que también se puede decir que los dos somos lo que la gente piensa que son pijos pero nosotros pasamos de eso. A nosotros nos va más la Historia del Arte, las motos y fumar mientras jugamos a la play. Lo pasamos bien. Jesús es un chico de mi edad pero parece que tiene un par de años más ya que es corpulento. Un día nos pajeamos y me di cuenta de que su polla era más grande y gorda que la mía.
    
    Desde que era un niñito que le llegaba a mi madre por la cintura supe que algo diferente pasaba conmigo. Un día a mi madre se le ocurrió meterme con mi padre en la ducha y tuve mi primera y fuerte erección cuando vi el pollon de mi padre, el cual se escandalizó y me rechazó de inmediato. A partir de ese momento supe que me gustaba y quería estar con él. Pero sólo fue posible algunos juegos eróticos que él consintió haciéndose el dormido. Era mi juguete sexual y nada más ocurrió, quizás podría haber sido diferente pero no lo fue.
    
    La familia de Jesús era de educación muy estricta. Su madre Beatriz era profesora en un colegio de monjas y su padre tenía empresas varias. Hacían una buena pareja, supongo. Ella era gordita en los cuarenta y él cincuentón fortachón gordote. El padre de su padre había sido Comandante del Ejército ya retirado. Jesús me dijo un día que su padre, a veces, ahogaba el estrés con el whisky, aunque en el fondo él pensaba que no le iba bien con su madre y que tenía sus putas por ahí. Eran, tanto su madre como su padre, agradables. Un día, Jesús y yo, habíamos quedado en su casa para realizar un trabajo de clase por la tarde. Allí estaba yo en punto sabiendo que él tenía mercancía nueva. Nos íbamos a poner hasta arriba y yo por el camino ya me había fumado uno. Toco el timbre del gran portón de entrada del chalet de dos pisos pero no abre nadie. Extrañado vuelvo a tocar dos veces y en unos segundos siento como las pisadas se acercan a la puerta que se abre. “Hola David. Cómo estás hijo?” Es Don Esteban, el padre de Jesús. “Bien gracias, ¿y usted? He quedado con Jesús para un trabajo de clase” logro balbucear ante lo que estoy observando. Don Esteban está desnudo y sólo con una bata de baño blanca mal anudada debajo de su barriga lo cuál deja entrever su consistente bulto. “Fue con su madre a no sé qué de algo que corría prisa. Pasa no tardará en llegar supongo” Olía a whisky, emanaba de su aliento. Me gustaba. “ponte cómodo, estás en tu casa, yo voy al la habitación que dejé algo por hacer” me soltó mientras caminaba hacia la escalera la bata se soltó y pude ver su cuerpo perfectamente fuerte con su barriga prominente y su polla morcillona descapullada y con unos huevos gordos y muy colgones. No sabía cómo dejar de mirarlo hasta que me dijo: “¿Nunca has visto a tu padre desnudo? Jajaja!” Y subió las escaleras. Era lo ...
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