La casa de los Machos (capítulo 1) - Relatos Eróticos

La casa de los Machos (capítulo 1)

... restregar su cabeza por mis piernas para que lo acariciara y así lo hice, puse mi mano encima de su cabeza y le empecé a acariciar la cabez y el soltó un ronroneo como si fuera un gato y yo reí ante eso y lo mire y él también se estaba riendo por la situación cuando mi padre entró en la sala y nos miró con cara de ternura y se acerco y dejo un beso en mi cabeza y le dió una caricia a mi hermano en la cabeza, para después ir a prepararse el café de por la mañana, a lo cual mi hermano lo siguió, al levantarme pude observar que los dos tanto mi hermana como mi padre iban en calzoncillos que se ceñian a su figura. Mi padre que mediría un 1’90 de altura con el cuerpo bien ejercitado y tableta y grandes músculos, además mi padre no era mucho de depilarse y era bastante peludo además su cara son la barba de dos días y sus ojos verdes, se podría decir que mi padre era muy guapo para su edad, casi todas las clientas de su trabajo estaban locas por él pero él no les hacía caso a ninguna. Y luego mi hermano también estaba muy bueno con su abdomen marcado y sus músculos marcados aunque menos que mi padre, además compartía la barba y los ojos con mi padre y para qué mentir los dos tenía un gran paquete entre las piernas.

Después de desayunar me levanté junto a mi padre y mi hermano para hablar con ellos sobre lo de como iban a hacer para entrenarme.

- Papa una pregunta, ¿con lo de mi entrenamiento como lo vamos a hacer?-

-Bueno hijo ahora mismo tengo tiempo así que si te apetece vamos al gimnasio del sótano y entrenamos unas horas y empezamos y ya mañana si quieres nos levantamos temprano y vamos a correr los tres juntos en familia - explicó mi padre con una gran sonrisa ilusionado porque fuéramos a hacer deporte todos juntos .

-Okey papa me voy a poner algo de ropa y bajo y entrenamos- les dije yo con intención de irme

-Nick para que te vas a poner más ropa si ahora vas a sudar, es mejor que te quedes en calzoncillos y así no ensucias ropa y tienes menos calor, además estamos en confianza no crees- dijo mi hermano riéndose

-Tu hermano tiene razón Nick mejor no te pongas nada más- le apoyó mi padre y yo solo me encogí de hombros y les hice caso. Y así los tres bajamos en calzoncillos hasta el gimnasio que teníamos en el sótano.

-Bien empezamos calentando un poco en las máquinas de cardio, Nick tu ve a la cinta y corre durante quince minutos cambiando la velocidad, mientras que tu hermano y yo hacemos unas pesas- mandó mi padre y todos obedecimos, yo me fui a la cinta y me puse a correr como él me había dicho mientras que observaba como ellos hacían las pesas y que como con el esfuerzo sus músculos se notaban mucho mejor. Una vez que los quince minutos de cinta terminaron, yo me baje de la cinta y me fui hacía donde se encontraban mi hermano y mi padre , quienes en estos momentos se encontraban haciendo pesas todavía pero está vez mi hermano estaba tumbado levantando casi 70 kilos mientras mi padre estaba ayudando por sí la barra se le ...