Los chicos del Instituto I - Relatos Eróticos

Los chicos del Instituto I

Hola, me llamo Danny y esta es mi historia. Tengo ahora 15 años, soy alto, rubio ojos verdes y un poco musculado, debido a mi afición a la natación y sus vestuarios. No tengo pelo excepto en la zona del pene, y mis piernas son lampiñas.

Esta historia sucede cuando mis padres deciden mandarme a un instituto privado para ayudarme con mis estudios.

El primer día llegué y lo primero que hice fue dirigirme a la residencia, un edificio aparte del instituto. Cuando llegué a mi habitación ya había un chico esperando a que abriera la puerta el conserje, que estaba al final del pasillo.

Hola! Qué tal? Eres nuevo?

Sí, recién llegado.

Soy Cody, y ese que viene por allí es mi amigo Sonny.

Al terminar de pronunciar la frase Sonny llegó y me estrechó la mano y también Cody.

Soy Danny, dije yo.

Encantado! –dijeron los dos a la vez-

La vista entonces ya fue impresionante, a primeros de septiembre todavía hacía calor y Sonny llevaba una musculosa que dejaba al aire sus hermosos brazos y marcaba sus hermosos pezones rosados. y Cody llevaba unos shorts deportivos bastante cortos que le hacían un culo impresionante.

A ver si no arman mucho desorden este año, eh? –dijo el conserje.

Sonny y Cody sonrieron y agacharon la cabeza.

No quiero ni imaginarme por qué ha dicho eso el conserje – les dije yo

Ya nos tocó juntos el año pasado y no les dejamos precisamente dormir a las habitaciones de al lado. Somos un poco ruidoso. Jejeje

No dijimos nada más durante nuestra instalación en la habitación, donde habían tres camas individuales en el suelo dos escritorios, dos armarios, un baño y una computadora.

Cody y Sonny juntaron sus camas quitando la mesita del medio.

Duermen juntos? –les pregunté.

Si. Desde primer año. (Este era tercer año) aparte, es para ocultar en medio las revistas porno –dijo Sonny, como si fuera lo más normal del mundo, sin prestarle atención.

Cada uno sacó entonces de sus bolsos unas 4 ó 5 revistas porno. No sé si sería mi imaginación y las vistas que tenía directas entonces al culo de Cody, pero me pareció que sacaba una revista de chicos. Y lo más sorprendente: un tarro de vaselina sin olor, que pude ver claramente. Decidí no darle más vueltas a ese tema y saqué yo mis cosas.

Ese primer día fuimos a las clases de presentación del tutor y de los profesores, ninguno me llamó la atención excepto el profesor de gimnasia, recién graduado, era su primer año en un instituto y: 26 años, rubio, melenita corta y cuerpo genial, ya sudado porque ya había dado clase con los mayores.

Terminadas las presentaciones me di una vuelta por las instalaciones para conocer mejor el lugar hasta la hora de cenar. Era un complejo enorme, con gimnasio, pileta, conservatorio, sauna, 3 laboratorios y un montón de aulas auxiliares para distintas áreas de estudios.

La nuestra era la residencia del edificio principal. Donde dormian todos los estudiantes de tercer año. Asique me dedique a visitar el edificio correspondiente ...