1. Francisco


    Fecha: 20/11/2019, Categorías: Bisexuales Transexuales Autor: Riseva, Fuente: SexoSinTabues30

    ... espaldas, para sus 10 años estaba bien formada, parecía una niña de doce.
    
    – Qué hermosa que eres –
    
    – Ya po’ no me mires tanto – dijo poniéndose roja.
    
    – Te da vergüenza que te vea ? –
    
    – Si –
    
    – Bueno, no te miro más – dije acostándome de espaldas.
    
    – No se trata de éso – dijo
    
    – Entonces, de qué se trata? –
    
    Ahora ella se volteó hacia mí apoyándose en su codo.
    
    – No te molesta que te mire ? – me dijo.
    
    – No, puedes mirar todo lo quieras –
    
    – Porqué lo tienes así? – me preguntó acostándose de espaldas nuevamente.
    
    – Tu lo pones así –
    
    – Yo? Qué he hecho yo? –
    
    – Eres la culpable de ser tan hermosa –
    
    Me puse de lado apoyando mi cabeza en mi mano y el codo en el pasto.
    
    – No me vas a hacer nada? – dijo mirándome hacía abajo.
    
    – No, nada. No me tengas miedo – dije acariciando sus mejillas. Me hice hacía adelante y le dí un beso tierno en la frente. Ella hizo cómo un pequeño salto cuando mi glande rozó su pierna.
    
    Tenía los ojos cerrados y sus brazos a lo largo de su cuerpo. Su mano a escasos centímetros de mi pene.
    
    Rocé su mano con mi pene y ésta automáticamente se cerró alrededor de mi pene. Ella seguía con los ojos cerrados.
    
    Con la yema de mis dedos comencé a acariciar sus pechos lentamente. Sus areolas y sus pezones.
    
    Su mano me apretó como afirmandose. Puse mi mano sobre su mano y comencé a moverla de arriba a bajo, bajar y subir, volver a bajar y volver a subir.
    
    Solté su mano para que siguiera ella sola. Y ella siguió sola el sube y baja.
    
    Ahora la besé suavemente en sus labios. Me apretó fuertemente.
    
    – No habías tocado a nadie así? – le pregunté.
    
    Abrió los ojos y me miró.
    
    – Perdona la pregunta tonta que, pero dime, te gusta? –
    
    Movió la cabeza afirmativamente.
    
    Comencé a bajar mis dedos por su pecho y su estómago, el que hizo una contracción.
    
    Estaba tan exitado que con su movimiento de sube y baja sentí que iba a acabar. La besé en la boca al momento de descargarme en su pierna.
    
    Después de recuperar el aliento le dije que fuéramos a bañarnos.
    
    Le di la mano y la ayudé a parase. Caminamos hasta el agua de la mano. Me puse de rodillas y comencé a lavarle la pierna, las dos y la entrepiernas.
    
    Se sentó y siguió lavándose mientras yo hacía lo mismo.
    
    Al salir quiso vestirse, le dije que esperara a que nos secaramos.
    
    Seguimos conversando sin darnos cuenta de la hora, hasta que ella dijo que Francisco ya debía estar por llegar.
    
    Nos vestimos rápidamente, le abroché los botones, amarré la cinta con un lazo en la cintura,. Le di la mano y nos fuimos.
    
    A poco de llegar nosotros, llegó Francisco. Se metió al baño del granero y se duchó.
    
    – Cuándo vas a volver? –
    
    – No sé – me dijo. Depende de Francisco.
    
    Francisco salió bañado y vestido. La tomó de la mano y se la llevó casi sin despedirse.
    
    Me quedé mirándolos. Los amaba a los dos.
    
    Mañana le voy a preguntar a Francisco porqué estaba tan enojado conmigo.
    
    Me fui pensando lo que le iba a preguntar al día ...