1. Insistió e insistió, hasta que consiguió hacerme suyo.


    Fecha: 17/11/2019, Categorías: Gays Autor: Danisampedro91, Fuente: SexoSinTabues30

    ... a mi abdomen, y como su boca lamía y mordisqueaba mi cuello, en un claro intento de mantenerme allí tumbado sobre su cama, impidiendo que me levantara y me pudiera marchar.
    
    No seas tonto, mira que caliente y excitado estás. Tu solo déjate hacer, ya verás como te hago gozar. Mira cómo estás disfrutando con mis besos y caricias.
    
    ¡Dios! Aquel hijo de puta tenía razón, estaba tan pero que tan caliente, que incluso me hacía perder la razón. Aquella boca y aquellos mordiscos que me estaba dando, me tenían temblando de excitación, el cuerpo me ardía haciéndome claudicar, dejándole que hiciera lo que quisiera conmigo.
    
    Poco a poco mis resistencias se iban cayendo, y Felipe, lo sabía. Sabía que ya me tenía como él quería y había planeado, y que yo poco a poco iría cediendo, entregándome a él por completo.
    
    Me había dado la vuelta, quedando el encima mía. Ahora me tenía boca arriba sobre la cama, y él de rodillas sobre el medio de mis piernas, lamiendo y mordisqueando todo mi cuerpo.
    
    Yo no paraba de gemir, mi polla que estaba que reventaba, la tenía dura e hinchada, derramando continuamente líquido preseminal, sabiendo él que, en cualquier momento, yo explotaría eyaculando. Y a él eso no le interesaba al menos de momento, sabía que, si yo me corría, sus intenciones se vendrían abajo. Y él lo que quería era hacerme suyo, estaba dispuesto a sodomizarme, quisiera o no quisiera yo. Aquel día iba ser por fin suyo.
    
    Después de lamer todo mi liquido preseminal que se derramaba por mi polla, levantó mis piernas llevándolas a sus hombros, quedando el orificio de mi culito, totalmente expuesto a él.
    
    Empezó a lamer mi hoyito con su lengua, dando de vez en cuando leves mordiscos sobre mi perineo, haciéndome chillar y gemir de tanto placer que estaba sintiendo.
    
    Sin que me diera cuenta, había vuelto a coger el tubo de lubricante, y ya me estaba pasando su mano con aquel líquido, lubricando mi entrada. Metía y sacaba su dedo, mientras yo gemía y gritaba que no quería que me diera por el culo.
    
    ¡Felipe, no! No me la metas. Me vas a hacer daño, además tengo el culo algo irritado y esa polla no me va a entrar, le decía suplicando, mientras gemía notando como su dedo violaba una y otra vez mi culito, haciendo que mi esfínter fuese cediendo y dejase de oponer resistencia.
    
    Tu déjate llevar, solo relájate y goza, ya verás como te va a gustar lo que Felipe te va a dar. Tienes miedo, pero se que lo estás deseando, y yo también lo estoy deseando tanto como tú.
    
    Ya metía 2 de sus dedos en mi culo y yo no paraba de chillar y soltar gemidos, ¡ohhh! ¡ooohhh!
    
    El muy cabrón arrimando su pelvis a mi culo todo lo que pudo, colocó su verga y pelotas sobre la raja de mi culo, y mientras se restregaba a mí, haciéndome notar toda su hombría restregándose por mi culo, abrió de nuevo el tubo de lubricante, volvió a derramar un poco sobre su mano, llevando luego esta a su polla, untándola con aquel liquido lubricante.
    
    Después de untarse bien la polla, volvió a ...
«12...456...»