Mi verano en Japón-Celos de Rio - Relatos Eróticos

Mi verano en Japón-Celos de Rio

... nuestra casa. Eres muy guapo y disfruto mucho con nuestros juegos y recuerda que te he entregado lo que a ningún chico he querido dar.

Yo sabía que se refería a su trasero, pues Rio parecía no ser virgen dada su aparente libertad sexual cuando me conoció ofreciéndose a pajearme. Me preguntaba si también les hacía pajas a aquellos desgraciados del grupo.

–¿Y a ellos qué les has entregado?

–¡Ay Toni-kun, ya está bien! No sabes apreciar lo que tenemos entre nosotros.

–¡Sí que lo aprecio Rio, pero me ha dolido que no hayas dicho que no era tu novio después de compartir sexo como lo hemos hecho!

–Venga Toni-kun, no te enfades, ya estamos en la playa y lo pasaremos bien esta tarde, ¿si? –dijo haciéndome una carantoña.

Así también pude esquivar sus preguntas acerca de Yui y yo, que en realidad era acerca de lo que ninguna de las dos sospechaba, ¡Miyuki y yo! De nuevo supe que debíamos ser discretos, pues de descubrirme con su madre inmediatamente el ambiente se volvería muy hostil, tal vez tanto como para que tuviese que adelantar mi regreso a España.

Cuando Yui se quitó sus shorts y su top, descubrí un precioso bañador amarillo limón muy llamativo que hacía destacar sus pechos y sus glúteos, junto a su esvelta figura. ¡Uf, Rio estaba tremenda!

Nos bañamos y jugamos dentro del agua, estaba fresca y nos ayudó a soportar el bochorno que habíamos pasado camino a la playa. Una vez dentro Rio y yo nos abrazamos y me puse palote bajo el agua.

Recuerdo cómo la empujaba en su pelvis en un intento vano por penetrarla tras mi bañador y el suyo.

–¡Oh Toni-kun! ¡Parece que el baño te ha sentado bien! –dijo ella sonriendo.

Entonces aparté el elástico de su biquini y acaricié su vulva bajo el agua encontrándola muy lubricada. Esto me calentó aún más así que saqué mi herramienta y bajo el agua traté de penetrarla mientras nos abrazábamos.

–¡Oh Toni-kun, para no hagas eso! –me dijo Rio.

–¿Por qué, no eres virgen no? –le pregunté con descaro.

–¡Toni-kun me haces daño! –gritó ella y se apartó de mi nadando lejos.

Yo la seguí.

–¿Pasa algo Rio?

–¡Pasa que eres un idiota!

–¿Idiota yo, por qué? ¿No eres virgen no? –insistí.

Rio me miró con furia y finalmente estalló.

–¡Claro que soy virgen idiota! –dijo ella visiblemente molesta.

Entonces supe la verdad, ella iba de chica avanzada en el terreno sexual, pero en el fondo aún no había probado algo tan avanzado como el coito.

–Lo siento Rio-chan, yo pensé que tú, bueno que ya lo habías hecho…

–¿Por qué, porque te hice una paja el primer día que nos conocimos?

Ambos quedamos callados en el agua, arrepentidos un poco de nuestros tropiezos en aquella tarde de verano.

–Está bien Toni-kun, ¡te puedo hacer una paja aquí! –dijo ella acercándose a mí y agarrando mi erección por la base.

–Bueno puedo jugar al menos con mis dedos en tu vagina, ¿no Rio-chan?

–Claro pero no los metas mucho, ¿vale?

Entonces comenzó un caliente juego bajo el agua en el que ...