1. El segundo encuentro: Juan y Gabriel (2)


    Fecha: 15/11/2019, Categorías: Gays Autor: Gabriel Vera, Fuente: CuentoRelatos

    Le dije, para despedirme:
    
    -Juan, como me vuelvas a hacer algo así te mato antes de que me mates. Y cómprate un coche nuevo. Este Mercedes lo conoció mi abuelo de joven.
    
    Y con eso le di dos golpes con la mano al techo, y se fue.
    
    Yo había ido a una revisión del corazón, que lo tengo a medio funcionar. No me convienen sobresaltos, ni levantar peso. De resto, puedo tener una vida más o menos moderada. Como la que había tenido en mi encuentro con Juan, pero sin encuentro con Juan, vamos.
    
    Pues yo había ido al hospital de la virgen del cartabón, que me tocaba por mi seguro, y estaba esperando tan tranquilo. Quién pasa por delante, como si nada: pues Juan, al que yo le había comentado el asunto y se ve que quería conocerme en otro ambiente. La verdad es que con ropa a mí me costó primero reconocerle. La cara, sí, pero el resto pues no había tenido mucha oportunidad de ver su gusto en tejidos y modas.
    
    Yo pensé: qué hago ahora, saludo, me viene a saludar, hacemos que nos conocemos desde el colegio, de la mili que no hice, del trabajo en el que no teníamos nada que ver.
    
    Así que procuré no pensar demasiado, y sonreí, dije Juan, y me levanté a darle la mano, como si fuéramos conocidos de algo genérico, un poco de sorpresa por verse aquí, esas cosas. Un apretón de manos y tocar un poco el brazo, saludo estándar entre caballeros de esta época. Mi sonrisa sospechosamente se estaba haciendo más abierta, como se me estaban medio abriendo los esfínteres, se me estaba despertando la picha y me preguntaba qué podía pasar.
    
    -pues he venido a una revisión, la tensión, ya sabes.
    
    -pues lo mismo, yo al cardiólogo. Estamos mayores.
    
    -jeje, sí. Es lo que hay.
    
    Qué falso resultaba aquello, pero pasable en el lugar de encuentro.
    
    Nos sentamos un momento para hablar como si del fútbol o de acciones de Iberdrola. Estábamos apartados de los demás enfermos, porque sólo había tres asientos juntos al lado de cada consulta. Hasta ahí todo bien.
    
    -qué haces aquí?
    
    -pues lo que te he dicho, de verdad que no persigo nada, que fue casualidad, que no sabía yo esto.
    
    -pues podíamos aprovechar para tomar un café, si quieres.
    
    -pues muy bien, yo tengo a tal hora.
    
    -y yo a tal también. Llámame.
    
    -ok.
    
    Me llamaron a la consulta y lo que dije antes: las recomendaciones del médico me parecieron sensatas y normales. Alguna cosa aprendí, afortunadamente estaban bien mis análisis. Me dio cita para dentro de un tiempo medianamente alejado, y salí tan contento.
    
    Mensaje de Juan: ya acabé.
    
    Mío: y yo.
    
    Eché una mirada alrededor. Una señal me dio la idea, que para eso están: aseos.
    
    Yo: vete al baño.
    
    Juan: no tengo ganas.
    
    Yo: déjate de bromas.
    
    Juan: ah, ya entiendo.
    
    Con cara de circunstancias (de querer ir al baño) me acerqué al baño de caballeros u hombres. Uno entra de una forma y sale de otra.
    
    Estaba llegando Juan. Pase usted, gracias. Mirada alrededor: nadie. La zona de próstata no estaba en esta planta. Todo despejado y, como era ...
«123»