1. Mi plaza soñada


    Fecha: 03/04/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Tutorsevero, Fuente: CuentoRelatos

    ... que está encima del mostrador!
    
    Sí, sí, señor, Lucía salió rauda y veloz hacia la consulta, una vez allí estuvo mirando y cogió la botella azul que le había indicado Martín, una vez estaba en el comedor de vuelta con la botella, Martín le pidió que le acercara un trozo de tela, empapó la tela en el líquido y se lo apoyo extendido sobre las nalgas a Pilar
    
    ¡te quedarás en esa posición con la tela en tus nalgas mientras ceno! Dijo Martín
    
    Pilar notaba por un lado el efecto calmante que tenía esa tela sobre sus nalgas, pero por otro lado se sentía profundamente humillada al estar desnuda con el culo en pompa al lado del doctor.
    
    Lucía usted me servirá la cena hoy en solitario.
    
    Sí, sí, señor contestó Lucía.
    
    Lucía comenzó a servirle y Martín se puso a cenar a la luz de las velas, en un momento dado, Lucía, que estaba muy nerviosa mirando todo el tiempo para Pilar, derramó un poco de vino sobre el mantel.
    
    ¡qué está haciendo señorita Lucía! Le pregunto a Martín visiblemente enfadado.
    
    Lo siento, lo siento, señor, lo limpiaré dijo Lucía muerta de miedo.
    
    ¡no saldrá señorita Lucía, ha estropeado un mantel de tela precioso!
    
    Sí saldrá señor, no se preocupe, mañana muy temprano iré al río y frotaré hasta que salga la mancha replicó Lucía.
    
    La veo muy segura de eso… está bien contestó Martín, vamos a hacer una cosa, hoy la castigaré por su torpeza y falta de atención y si mañana la mancha no ha salido como me asegura, completaré su castigo… dicho esto cogió la silla se levantó y la apartó hacia un lado del comedor se volvió a sentar en ella y llamó a Lucía.
    
    ¡venga aquí! Le hizo una seña para que se doblara sobre su regazo
    
    Lucía no entendía.
    
    Mientras tanto Pilar los estaba mirando de reojo y se estaba excitando con la escena.
    
    Martín claramente enfadado cogió de la muñeca a Lucía y de un tirón hizo que se cayera sobre su regazo, le levantó la falda y comenzó a darle azotes con la mano.
    
    Lucía pataleaba, gritaba y suplicaba ¡qué hace por favor me duele!
    
    Martín continuó hasta completar una docena de azotes con la mano, cuando paró, y con la mano apoyada en el trasero de Lucía, le dijo.
    
    Si mañana no sale la mancha nos veremos en mi despacho y el castigo no será tan suave como mi mano, así aprenderá a estar atenta a sus labores y a ser más cuidadosa con la propiedad ajena ¡incorpórese y recoja la mesa! Usted Pilar ¡ayúdela! Me retiro a mis aposentos mañana será otro día…
    
    Cuando subió a su alcoba, Martin no podía dejar de pensar en el culo de las dos muchachas y sonrió para sus adentros... Mientras se desnudaba se dio cuenta que en el pantalón, en la pierna, tenía una ligera mancha de humedad... Y se quedó pensando en como se había manchado, con que se habría mojado... y de repente se acordó de Lucía en su regazo y pensó... vaya, vaya... creo que he acertado con este pueblo...
    
    Continuará. 
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