1. Ana, Thor y yo (parte 1)


    Fecha: 01/11/2019, Categorías: Zoofilia Autor: ElnoviodeThor, Fuente: TodoRelatos

    ... talla que una 100 pero de generosa copa. Pelo castaño recogido y sonrisa ámplia. Nos gustaba.
    
    Le enseñé la casa y pronto se empezó a notar el calor. Yo no quise ir muy a saco pero cuando llegamos a nuestra habitación ella señaló la cama e hizó un comentario esclarecedor; ¡Este es el lugar de los hechos!. Yo seguí con una leve carcajada y Thor ya se subió a la cama con ánimo juguetón.
    
    - ¡A ver, enséñame eso de que solo con sacártela ya te la chupa!. Me espetó como un gancho de derechas.
    
    Dicho y hecho. Desabroché mi pantalon. Lo bajé junto a mi boxer y mi polla salió amorcillonándose ya. Thor empezó su ritual de babeo no sin antes mirar a Ana algo desconcertado pero sin importarle su presencia. Se acercó le acaricié la cabeza y su lengua comenzó a repasar cada centímetro de mi falo ya más duro.
    
    Ella no dejaba de mirar y de acariciar sus marcadísimos pezones. Se mordía el labio inferior de una boca en la que se podía leer imaginariamente M O R B O.
    
    No creo que tardara ni 10 segundos en desnudarse por completo y abrir sus piernas para dejarnos ver un coñito recién depilado y ya empapado. Thor dudó un segundo. El olor de aquella limpia vagina le hizo plantearse si tenía que probar ese manjar o seguir con mi polla. Yo le ayudé en su decisión y le marqué con la mano el clítoris de aquella mujer que temblaba entre miedo y deseo. Cada repaso de la lengua de Thor por sus labios era una ola caliente de placer que Ana recogía entre mirándome a mí, a Thor y echando su cabeza hacia atrás en claro signo de placer intenso.
    
    No podía dejar escapar ese momento y me acerqué con mi polla tremendamente dura a su boca para que la succionase mientras mi perro le hacía uno de los mejores cunnilingus de su vida. Ella mamaba mi polla con ansia y Thor le comía ese dulce coño sin pausa ni descanso. El orgasmo estaba cerca y se palpaba en las chupadas que Ana me procuraba entre gemidos y vaivenes. Confieso que yo fui el primero en correrme. Inundé su boca con mi esperma que caía también por sus comisuras. Ella poco después llegó al clímax con solo la ayuda de la lengua de un Thor que también estaba probando las mieles de un coñito delicioso.
    
    No acaba aquí, pero la segunda parte engrosará otro relato de esta relación tan especial.
    
    Gracias por vuestros comentarios y mails. 
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