1. La primera y última


    Fecha: 27/10/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... tanto (bastante) excitado.
    
    El es un hombre bello, de carita como aniñado pero no femenino, con rizos dorados y unos dientes perfectos y una sonrisa y una boca preciosa. Y así entre risas y risas me dio un beso robado y otro y luego me comenzó a besar en el cuello y bueno, el cuerpo todo. Me fue desvistiendo y el también y me dijo que quería besarme el pene y que quería que lo hiciera suyo. Bueno, no quiero entrar en detalles, pero todo fue muy lento, bonito diría, me mamo y me corrí de una manera increíble. Yo me preguntaba, "en que momento me mete los dedos al ano" o todo eso que uno ha leído en los relatos, pero no.
    
    Siguió besándome y luego me preguntó si se la quería meter. Le dije que si, pero de los nervios no lograba la misma erección de minutos antes y no podía ponerme el preservativo. Así que me dijo que nos relajáramos y que fuéramos a la piscina. Ahí estuvimos como una hora, el besándome y acariciándome, luego se dio cuenta que ya estaba muy excitado y erecto y volvimos a la cama, lo penetre y eso fue inenarrable. Nunca había sentido esa sensación de presión, y movimiento. Es diferente a lo que había experimentado hasta ese momento. Y terminé dentro de el.
    
    Una vez más, no me pidió ni que lo masturbe, ni se lo chupe, ni penetrarme. Pero yo me preocupé por él. Le pregunté si quería que lo masturbase, y me contestó "solo si lo quieres", y así fue. Pensé que si el me había permitido que lo penetre debía ofrecerle lo mismo, y también me dije, ya estoy en esto, es lo que he estado imaginando tantas veces, "Tengo que ir hasta el final" me dije, y me ofrecí, y entonces me preguntó si me habían penetrado antes, le dije que cuando niño, pero de adulto no.
    
    Entonces con mucha delicadeza comenzó a besarme, desde la punta de los pies hasta la frente, luego la espalda, las nalgas, el ano. Se puso a dilatarme e intentó, con mucha delicadeza a introducir su glande en mi recto.
    
    Me dolió mucho, muchísimo, no pude contener el llorar, a pesar que hice lo posible por aguantar. El me decía "mejor salgo", de hecho se retiró dos veces, pero me sentía en la obligación de permitirle terminar. Pudo hacerlo casi sobándose contra mis nalgas.
    
    La verdad es que esta experiencia no me gustó, a pesar de su delicadeza y lo lindo que me trató. Me hizo dar vuelta, me besaba con suavidad, me masturbaba, pero no fue agradable.
    
    Esa noche nos dormimos abrazados viendo la luna a través del ventanal de la terraza. Al día siguiente tuvimos un largo encuentro de juegos y caricias, lo penetré de nuevo y me decidí a recibirle, pero a pesar de la excitación y de que yo había gozado dentro de él, tampoco pude en esta oportunidad. Le pedí que me disculpara, me sentía tan mal por él, lo masturbé de nuevo y le mamé, fue la primera vez que tenía un pene en mi boca, pero no pudo penetrarme. Me dolía mucho y me resultaba desagradable, extraño.
    
    El fue muy comprensivo, podría decir que ni siquiera percibí frustración en él o una mala cara, me dijo que él había ...