1. Iván V


    Fecha: 25/10/2019, Categorías: Gays Autor: DAKOTA DEL RAY, Fuente: SexoSinTabues30

    ... tragarte toda mi verga sin llorar. Vamos a mi cuarto, estaremos más cómodos ahí».
    
    Una vez dentro, me ordenó quitarme la ropa y ponerme en cuatro sobre la cama mientras él cerraba la puerta y bajaba las cortinas. «Puedo notar que ya no eres virgen, tienes el ojete abierto. Seguramente ya te han cogido varios compañeros de tu escuela, pero ninguno debe estar tan pitudo como yo. Ahora sabrás lo que es bueno». En seguida, colocó su boca a la altura de mi culo, lanzó un escupitajo y poco a poco fue introduciendo un dedo. Arrojó más saliva y metió otro. Podía sentir mi ano expandirse y comencé a temer que me desgarrara. Unos minutos después, recibí una fuerte nalgada e Iván exclamó «Ya estás bastante mojado, levanta ese culito pinche puta». Iván subió un pie a la cama, agarró con fuerza mi cintura y comenzó a clavarme su verga. Nada más de sentir la punta, pegué un grito y de nuevo intenté librarme. «Ni madres, cabrón. Tú dijiste que querías verga y ahora te aguantas» dijo Iván antes de jalarme hacia él, provocando que toda su polla entrara de golpe. Se mantuvo así unos segundos y poco a poco comenzó con el mete y saca. Procuré aguantar sus movimientos, pero fue imposible no gritar conforme aumentaba la velocidad. Harto de mis quejidos, Iván ahogó mis gritos con una mano mientras decía «Cállate de una vez. A partir de hoy serás mi perrita, así que será mejor que te acostumbres. Tendrás que hacer todo lo que te diga sino quieres que se enteren lo puta que eres ¿entendiste?». Entendí que lo mejor que podía hacer era aflojar y cooperar. A fin de cuentas, yo lo había provocado y esto era lo que quería.
    
    Con cada embestida el dolor fue disminuyendo y el placer aumentando; los gemidos no se hicieron esperar. Iván ordenó que subiera las piernas en sus hombros y continuó cogiéndome. Desde ese ángulo pude ver como se le tensaban los músculos. No le importaba cómo me sentía, tan solo quería satisfacer su deseo y yo estaba dispuesto a complacerlo. Sus palabras y bufidos me indicaban que lo estaba disfrutando tanto como yo. «No mames, qué rico aprietas cabrón. No eres más que una puta traga vergas. No te vas a poder sentar de lo abierto que te estoy dejando el culito». Si bien el sexo con Ricardo fue maravilloso, estar bajo el dominio de un macho como Iván era otro nivel.
    
    Para terminar, Iván se acostó en la cama y exigió que le sacara la leche a sentones. Su verga seguía igual de dura; pasé un par de dedos por mi culo y pude sentir lo abierto que estaba. «Apúrate cabrón, que mi esposa puede llegar en cualquier momento» gritó Iván. Me posicioné encima de su falo y fui clavándome poco a poco. Iván permitió que llevara el ritmo y yo procuraba apretar con cada sentada. Sin previo aviso, agarró mi verga y comenzó a masturbarme. Estaba ahogado en placer; antes de que pudiera impedirlo, mi leche comenzó a caer en el torso de Iván. Esto provocó que mi culo apretase aún más su verga, logrando que Iván expulsara su esperma dentro de mí. Sentí un calor que se fue ...