1. Iván V


    Fecha: 25/10/2019, Categorías: Gays Autor: DAKOTA DEL RAY, Fuente: SexoSinTabues30

    Luego de mi primera y única cita con Ricardo, decidí guardar discreción y me alejé de los grupos de encuentro. Si bien la habíamos pasado de maravilla, temía que algún familiar me sorprendiera en las andadas y/o pudiera meter en problemas a algún señor. Por ello, continué mi vida como cualquier adolescente precoz: morboseando a mis compañeros más desarrollados, consumiendo pornografía y masturbándome varias veces a la semana. De vez en cuando experimentaba con algún objeto que encontraba en casa, pero la sensación era insatisfactoria. Necesitaba volver a sentir el calor y los besos de un macho.
    
    Cuando entré a la prepa mi madre sugirió que podría dar asesorías a niños de primaria para ganar un poco de dinero y mantenerme ocupado por las tardes. Tan pronto accedí, comenzó a ofrecer mi servicio a sus amigas. Una de ellas aceptó de inmediato, pues su hijo tenía problemas para aprender matemáticas y algo en mí le inspiraba confianza, dijo. Si bien el trabajo no era la gran cosa, descubrí que me permitiría estar cerca de Iván, su esposo. Hasta entonces solo lo conocía de vista, pues vivíamos en la misma calle: era un hombre alto, con mirada seria, de piel clara y espalda ancha, con poco vello corporal, aunque tenía un bigote poblado. Su mayor atractivo eran sus brazos fuertes, resultado de su oficio como repartidor de refrescos. La presencia de ese macho era un bonus a mi sueldo. Después de reunirme con la señora acordamos que iría a su casa en las tardes de lunes a viernes.
    
    El primer día de trabajo recibí mi pago por adelantado: Iván se encontraba sentado en la sala, con el torso desnudo, bebiendo una cerveza. ¡Qué delicia de macho! Sus pectorales y panza chelera me dejaron boquiabierto; si bien prefería a los hombres con más vello, su enorme cuerpo me tenía hipnotizado. Me presenté y él me saludo amablemente con un firme apretón de manos. Se disculpó por las fachas y yo le respondí que no tenía ningún inconveniente, comprendía que el calor lo ameritaba. Tuve que preguntar dónde quedaba el baño porque el tenerlo cerca me provocó una erección y temía que lo notara. Una vez dentro, comencé a pajearme desvergonzadamente. Me imaginé besando su cuerpo de arriba abajo antes de que me voltease y cogiera con fuerza, para terminar con su leche en mi culo y mi cabeza recargada en su pecho. Aún con mi poca experiencia, me propuse hacer realidad esa fantasía.
    
    Todo marchaba bien con las asesorías y nunca faltaba mi taco de ojo. Al regresar del trabajo, Iván acostumbraba a pasear por su casa utilizando solamente un short y sandalias, presumiendo así sus músculos y un gran bulto. Aprendí a controlar mis erecciones y esperaba hasta llegar a mi cuarto para masturbarme, imaginando la forma y el sabor de su verga. También logré acercarme más a él. No solo era guapo, sino también amigable. Mientras tomábamos un descanso, compartía alguna anécdota del trabajo o sus recuerdos de joven, resaltando que todas querían con él y, aunque adoraba a su familia, extrañaba ...
«1234»