Mi primera mamada - Relatos Eróticos

Mi primera mamada

... normal. Se sentó en mi cama y comenzó a acariciarme el pelo. Después me dijo que fuera con el a la habitación, diciendome que quizás sería bueno que viese como lo hacían en las películas. No puse ninguna resistencia, a decir verdad lo estaba deseando. Me quité la ropa ante el asombro de mi padre, me quedé con mis braguitas y mi sort. Mi padre se quedó algo sorprendido pero no dijo nada, se tumbó a mi lado cogió el mando y puso en marcha la película que estaba viendo. No tardó mucho en empezar a explicarme que yo era una chica muy atractiva y muy desarrollada y que tenía que saber lo que puede ocurrir a los chicos viendo una preciosidad así. Entonces me puse de rodillas en la cama y le dije a mi padre : -y que es lo que les pasa...que esto se les pone grande?

agarré su polla casi de golpe sin dejar que mi padre reaccionara, se quedó inmovil pero su polla reaccionó hinchandose y creciendo sin control. Le quité su toalla con suavidad mirandole a los ojos, eso lo había visto en las películas porno, y sin más me acerque y comencé a chuparle la polla. Mi padre me agarró del pelo y dejó que lo hiciera. Me encantaba el sabor, el tacto, el olor y el calor de su enorme polla que apenas me cabía en la boca. Le hice tal mamada que no paré hasta que mi padre se corrió en mi boca, deseaba su leche caliente, lo había visto en las películas y deseaba saber a que sabía eso. Lejos de parar mi padre se puso ahora en acción, me tumbó y me lamió con pasión mi coño y mi culo. Sentí que me estaba meando, pero lo que me estaba pasando es que me estaba corriendo como una loca. Me puso a cuatro patas y poco a poco fue metiendome su enorme verga hasta el fondo. Me follo sin piedad y luego volvió a hacerlo por mi trasero, me dio tanto gusto y tanto daño a la vez que no sabría explicar lo que sentí. Follamos durante toda la noche porque despertó en mi la puta que tenía dentro. Por la mañana volví a mamarsela vestida de enfermera, mi padre me ató entonces a una barra que tenía en la habitación y que solía usar con mi madre. Me azotó con una fusta hasta hacerme llorar,pero luego me compensó con una sesión de sexo oral que me derritió por completo.

Los días continuaron y me convertí en la amante de mi padre, dormía con el, y los juegos de sado comenzaron a gustarme mucho. Me encantaba sentirme su esclava, vestirme para el, seducierle y coquetear hasta que no aguantaba más y me follaba como un loco. Hoy en día mi padre y yo seguimos con nuestra particular relación, nadie sospecha nada, pero mi padre y yo follamos sin parar todas las noches. Hacemos de todo, me disfrazo de romana de egipcia de enfermera de todo....y mi padre es feliz. Yo jamás lo cambiaría por nadie, quien se va a deshacer de un hombre superdotado y con tantas fantasías a la hora de follar. El me ha hecho mujer y ahora soy feliz siendo su puta.