1. Mi pequeña sobrina y yo (Parte 1)


    Fecha: 23/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Anonimo, Fuente: SexoSinTabues30

    ... resfrías
    
    -Ash, entonces abrázame
    
    -ya, ponte a trabajar con los ejercicios
    
    -sólo si me abrazas
    
    -ok, ven, pero ya te apuras eh!
    
    -sí Adri, me apuro
    
    Cabe recalcar que nunca ha sido de llamarme tío, me llama por mi nombre.
    
    Ella usaba su uniforme escolar en ese momento, falda tableada tipo jumper hasta las rodillas, con blusa blanca y mallones azul marino, y si bien tenía una chamarra muy abrigadora, se sentía mucho frío, así que se sentó en mis piernas y la abracé.
    
    En seguida sentí el calor de sus nalguitas sobre mi entrepierna y el aroma de su shampo era tan dulce que me hizo poner mi nariz sobre su cabeza, sólo dándole risa y continuando su trabajo. Ese momento me empezó a prender, mi erección ya era notoria y dudo que no la haya sentido, pero imagino que no le tomó importancia. Mi sangre ya hervía, empezaba a fantasear con todo lo que quería hacerle y justo cuando iba a avanzar…
    
    -Adri! Ya acabé! Si estoy bien?
    
    -ah! Sí… Eh qué?
    
    Me tomó de sorpresa, yo andana en mi mente ya desnudandola y ella preguntando si sus tablas estaban bien
    
    -Déjame ver… Sí, están todas bien, felicidades Carmi
    
    -Sii!!! Ya que terminamos temprano, jugamos?
    
    -Mmm qué quieres jugar?
    
    -No sé, estoy muy calientita así, qué tal si dibujamos un poquito?
    
    -No soy buen dibujante, pero que te parece un reto (Aquí fue dónde pensé, voy a aprovechar), tú intenta dibujar algo que te diga mientras yo intento distraerte para que no te salga
    
    -Jajaja suena divertido, juguemos!!
    
    Entonces, mientras ella dibujaba un gato, yo empecé probando qué podría hacer sin espantarla, así que empecé a hacerle cosquillas sólo con un dedo, primero en sus costillas, logrando que se retorciera de la risa un poco, luego en sus axilas con la misma reacción, cada que se reía, se movía de tal forma que sus nalguitas masajeaban mi pene ya durísimo. Empecé a usar mis manos completas y agarraba su pancita de niña delgada (quién haya tenido contacto con una niña flaquita lo entenderá), subía a sus costillas y pasaba por su pecho, me detenía un poco en busca de sus pezones sobre su ropa y seguía a sus axilas para no ser tan notorio.
    
    -Acabé Adrí! Si pude hacer mi gato con todo y tus cosquillas!
    
    Se burlaba dándome a entender que no le había importado las cosquillas y el le había gustado el juego.
    
    -Jajaja sí! Eres muy buena dibujando! Qué te parece un segundo dibujo?
    
    Y antes que pudiera responder, la puerta de la entrada se escuchó y ella se echó a correr para saludar a sus papás, dejándome con una tremenda erección que por la noche bajaría con mi esposa y con la idea en mi cabeza de que no tendría otra oportunidad pero que había sido la mejor experiencia con una niña que había tenido… Hasta ese momento, pues le sigo dando clases y esa vez sólo fue el inicio. 
«12»