Iñaki: El Inicio - Relatos Eróticos

Iñaki: El Inicio

... me tenía como en transe no me di cuenta de como me acerqué a la puerta y la moví un poco provocando que se moviera y rechinara un poco, ante ese rechinido mi padrino gira su cabeza y logra verme por la puerta entreabierta, pero en lugar de detenerse el vuelve su cara hacia mi madrina y continúa culiandosela sin darle importancia a que yo los descubriera.

Yo me asuste así que me fui de regreso a la habitación donde dormía, al día siguiente todos nos disponemos a desayunar mientras mi madrina nos servía el desayuno, mi padrino me carga y me sienta en sus piernas como de costumbre para darme de desayunar, con eso deduje que todo seguiría normal, mi madrina seguramente no se dio cuenta que los vi en la noche teniendo sexo y por otro lado mi padrino no le estaba dando importancia, sin embargo algo empezaba a ser diferente esa mañana pues mientras yo estaba en las piernas de mi padrino, empecé a sentir algo que se ponía duro y que se clavaba en mis pequeñas nalguitas, yo no entendía pero notaba que mi padrino se movía constantemente mientras me sostenía en sus piernas, y con sus movimientos eso duro que sentía en mis nalguitas se movía de un lado a otro incluso sentía como se ponía más duro, a su vez sentía como la respiración de mi padrino resoplaba mi nuca, todo eso mientras mi madrina hacía el desayuno.

Mi niñez era así, mi madre se desentendía mucho de mi pues mi madrina no trabajaba y yo me quedaba todo el tiempo a su cargo cuando mi madre me dejaba con ellos en una ocasión fue mi madre de visita a donde mis padrinos y yo iba con ella, recién llegados mi madre saluda a mi madrina y yo le digo a mi mamá que quería ir a el baño. Mi madrina responde que mi padrino estaba en la ducha que seguramente estaba aún duchándose que fuera sin problema que el nunca ponía seguro en la puerta, pero cuando yo entre mi padrino ya había salido de la regadera y se secaba su cuerpo, específicamente su entrepierna, al verlo yo le digo que mi madrina me dijo que podía ir al baño y el me dice que vaya sin problema, me baje el short y mi calzoncillo y me siento para orinar en el retrete, al hacerlo mi padrino lleva su toalla a la cabeza para secar su pelo, déjame al descubierto su entrepierna.

Al ver aquello yo trague saliva pues nunca pensé que un hombre pudiera tener semejante trozo de pipí como yo siempre lo conocí a mis 7 añitos, era un trozo de pipí que colgaba como manguera, lo que más me sorprendió era la cantidad de pelos que cubrían sus colgantes huevos y su pelvis, ahí fue cuado por primera vez vi a mi padrino Tobías como era físicamente, esta vez no lo veía como mi padrino lo veía como era físicamente atractivo, El no era atlético tampoco era dejado aunque con algo de barriga pero si torso cubierto de pelos que iban tupiendose más al llegar a su verga, sus piernas eran gordas y duras igual de peludas que todo su cuerpo, pero el mayor atractivo de mi padrino era ese trozo que le sobresalía de entre todo ese pelaje y envolviendo con un gran prepucio ...