1. Hotel Taboo III: La Colegiala


    Fecha: 18/10/2019, Categorías: Incesto Masturbación Autor: New Punk, Fuente: SexoSinTabues30

    ... segura que su padre había entendido a lo que ella se refería—. ¿A tus amigas también les pasa eso?
    
    —Creo. Me han dicho que les pasa, pero que no han hecho mucho con sus novios.
    
    —Está bien. ¿Quieres que te enseñe algo para eso también?
    
    Ximena asintió con la cabeza.
    
    Su padre le volvió a dar un beso, que incluía lengua. Entonces él le desabotonó la camisa del uniforme. Uno por uno, los botones se fueron separando y dejaron expuesto su brasier: blanco, sin muchas decoraciones. Sus pechos eran medianos, le habían crecido un poco.
    
    Su coño juvenil estaba cada vez más mojado.
    
    Su padre dejó de besarla en la cara. Y bajó a su cuello. A su pecho. Le desabrochó el brasier y la dejó expuesta. Tetas medianas, en crecimiento, con pezones rosaditos y paraditos.
    
    Él la beso ahí. Chupó sus pezones un rato. Los lamió. Ella disfrutaba con lo que pasaba.
    
    Francisco bajó hacia el ombligo y se encontró con la falda. No se la quitó.
    
    Más bien, le abrió las piernas y le bajó el short que llevaba. Ella sintió como miraba los panties cacheteros azul claro, que se habían oscurecido y transparentado por su húmedad. También se los bajó.
    
    Y le recogió la falda, para que pudiera besar la parte de los muslos que no estaba cubierta por sus medias.
    
    El coño de Ximena tenía algunos vellos púbicos, los suficientes para saber que ya se estaba convirtiendo en una mujer, pero no demasiados, lo que indicaba que todavía era una niña.
    
    Él le dió un beso en la vagina. Lamió y chupó. Con los dedos, empezó a hacer círculos en el clítoris.
    
    Ximena jamás había sentido algo como eso. Sentía placer por primera vez en su vida. Se dejó caer sobre la cama con su padre arrodillado y con la cabeza metida entre sus piernas.
    
    Sentía su lengua moverse por su coño, y sentía los dedos de su padre jugar con su clítoris. Cuando estaba a punto de llegar al orgasmo, él se detuvo.
    
    —Dame tu mano—dijo.
    
    Ella le extendió la mano. Él se la puso sobre el coñó y la guió. Dibujó primero círculos sobre los labios y luego sobre el clítoris. Ella siguió el ritmo que su padre le había impuesto. Luego él la dejó ir.
    
    Ella siguió haciendo círculos. Muchas veces había intentado hacerlo como se lo habían dicho sus amigas, pero nunca había conseguido hacerlo de una forma que le diera placer. Ahora, con su padre como instructor, estaba disfrutando como nunca antes.
    
    —Eso es. Ahora, si quieres mete un dedo.
    
    Ximena dejó de hacer círculos y metió lentamente un dedo. Nunca había tenido algo dentro de ella. Gimió un poco.
    
    —Ahora sácalo. Y lo vuelves a meter.
    
    Ella sacó el dedo. Y lo metió otra vez. Otro gemido salió de su boca.
    
    Otra vez. Adentro. Afuera.
    
    Lo hacía más rápido con cada sesión.
    
    Adentro y afuera. Ya comprendía el ritmo.
    
    Su padre volvió a besar sus tetas. Chupaba sus pezones mientras ella metía y sacaba su dedo. Y pronto le pareció que un dedo era muy poco. Entonces introdujo otro.
    
    Ahora se masturbaba con dos dedos.
    
    Entraban y salían rápidamente gracias ...