1. EMMA Y SU HIJO ALEX parte 4


    Fecha: 17/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Roberto Gonzalez, Fuente: SexoSinTabues30

    ... pobres adquiridos en la escuela elemental a la que asistí y dejar de ser solo una montaña de carne con tres agujeros, que para lo único que servía era para dar placer y “se usa y se tira” a los hombres, hasta que me di cuenta ellos eran lo mismo para mí — Quizás me estaba convirtiendo en una Violeta de la Dama de las Camelias, pero no quería pensar en eso, tenía que sobrevivir y asegurar mi futuro, era mi siguiente escalón y para ello acechaba todas las oportunidades posibles, en tanto mi decidí firmemente subir mi cotización, iba a ser una prostituta de esas que se anuncian en las páginas como “escort” o sea una puta pero qué le iba a hacer, era mi vida, desde niña aprendí enfrentar la realidad y evitar las fantasías que no llevan a ninguna parte. Tenía claro no iba a ir a las calles ya que quería ser una puta fina, no iba a vender mi cuerpo por poco dinero ni a cualquiera. .
    
    Mucho después en la oscuridad de la noche antes de ir a dormir a veces pensaba, recordaba como los hombres me miraban y como me tocaban la vagina, metían los dedos en mi ano hasta hacerme doler y entonces hacía una mueca de asco y ¡¡Odiaba a los hombres!! Tenía los labios de mi vagina o coño totalmente dilatados al igual que el agujero del culo y eran el recordatorio de mi profesión y mi condición miserable de paria social. En esos momentos odiaba todo, odiaba a mi madre que me parió y a mi padre que dio su semilla, odiaba a los hombres que me miraban con lascivia y me usaban como trapo de piso, odiaba a Dios que era el causante de mis penurias y a mí misma que tenía sentimientos de amor, piedad, humildad, decencia y sacrificio, pero no podía exteriorizarlos, ni tampoco mis sentidos, tenía que seguir construyendo la barrera para blindar mi corazón frente al mundo.
    
    Ahora que pasó todo lo referido al parto, mi hijo Alex tenía año y medio, estaba saludable, iba al jardín, tenía niñera confiable, así que si me animaba podía intentar trabajar y ganar buen dinero, decididamenteno iba a ser de nuevo doméstica ni a mendigar unos pesos con patronas soberbias que me denigraban diariamente, pensé hacerlo como prostituta pero no quería abrir mis piernas a cualquiera, y menos llevar clientes a mi departamento, eso estaba descartado, y se me ocurrió ofrecer mis servicios a alguna agencia de escort o sea puta más elegante y refinada . Ya tenía experiencia en coger, follar o ser penetrada y sabía excitar los puntos eróticos de los hombres, Lo más importante era sacar toda la leche a los clientes y dejarles con libido cero hasta la semana que viene. Tenía claro que para los hombres una cosa era el amor, la posición social, familia, el hogar, los hijos, la fachada “social y moral” y otra cosa muy distinta era satisfacer su instinto sexual que en algunos casos se vuelve violento y cruel, como, las personas que aparecían en TV y los diarios, los llevaba hasta la perversión y el sadismo contra las mujeres indefensas, tenía claro no iba a permitir me humillaran ni me martirizaran .
    
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