1. Culos que valen oro


    Fecha: 16/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Shrink2b, Fuente: TodoRelatos

    ... parecíamos jóvenes y muy guapos aunque no pedo negarlo ella aun conservaba su belleza y esos rasgos físicos que la hacían atractiva y por la cual los hombres aun la deseaban. Por otro lado yo estaba un poco gordo y acabado.
    
    En ese instante, Jimena golpeo la puerta
    
    -"Papa, puedo pasar...?", pregunto ella
    
    -"Si pasa", respondí sin voltear a mirarla.
    
    Pasaron un par de segundos mientras yo seguía mirando la foto hasta que Jimena rompió el silencio.
    
    -"Papa... no te desanimes me tienes a mi..,", me dijo Jimena con tono alentador.
    
    -"Si... es cierto... eres muy valiosa y...", interrumpí mi respuesta al voltear a observarla.
    
    Jimena había entrado a mi cuarto luciendo una delicada tanga negra tipo hilo dental, su brassier, del mismo color, destacaba esos hermosos pechos. Tenía puestos unos delicados guantes de seda negros y esos zapatos de tacón alto que le daban porte de reina. Ella camino y se acerco al espejo de la habitación. Yo no podía creer lo que estaban viendo mis ojos. Se veía espectacularmente deseable y sus perfectas nalgas sobresalían de entre la tanga.
    
    -"Me ayudas?", pregunto ella colocándose de frente al espejo y llevando sus manos al broche del brassier en su espalda.
    
    Me acerque a ella y le solté el brassier. Sus voluptuosas tetas quedaron libres y empecé a disfrutar verlas tan deseables. Coloque mis manos sobre ellas y empecé a besar a Jimena en los hombros y el cuello. Luego mis manos recorrieron su culo y como un desesperado empecé a tocarla y recorrer la redonda superficie de sus nalgas mientras mi boca saboreaba de frente esas dos deliciosas tetas.
    
    El culo de Jimena era perfectamente redondo y sus nalgas tiernas y moldeadas. Su cintura delgada y sus largas piernas le daban un porte elegante para una mujer de tan solo 18 años. Pensé que era mi oportunidad para vengarme de Claudia así que me olvide que era su padre.
    
    Al cabo de 5 minutos, Jimena estaba aun de pie pero completamente desnuda mientras que yo agachado me comía su dulce clítoris y lamía su vagina. Me puse de pie con mi verga en plena erección y la tome de la mano acercándola a la cama.
    
    Sin cruzarnos palabra, ella sonrió y leyó mi mente. No fue necesario que habláramos para saber que era lo que yo quería. Ella se subió a la cama y se coloco en posición de perrito. Me ubique detrás de ella y parecía un sueño hecho realidad, puesto que me agache y abriéndole sus nalgas seguí lamiendo su tesoro hasta cuando estaba lo suficientemente lubricado. El espectáculo no podía ser mejor, tenía en frente mió sus espectaculares nalgas, su estrecho hoyo del ano y esa vulva cuyo clítoris colgante era un inmenso y delicioso pedazo de carne. De color rosado oscuro, su clítoris estaba listo y húmedo. Luego toque el cielo. Mi verga se hundió en lo profundo de su vagina y me asegure que la tuviera toda dentro de su sexo. Sin moverme, la tome por el cabello y empecé a sentir una sensación de placer única, al empezar lentamente a mover mi abdomen permitiéndole a mi ...
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