1. Culos que valen oro


    Fecha: 16/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Shrink2b, Fuente: TodoRelatos

    ... sorpresivamente Claudia se bajo con el.
    
    -"Cariño, voy a acompañar a Raúl hasta la puerta... el pobre esta como ebrio y no creo que pueda abrir la puerta..,", dijo ella de forma sarcástica y burlona. Mi hija y yo sabíamos que Raúl no estaba ebrio y era una oportunidad mas de estar con el.
    
    Raúl y ella se bajaron del auto y abrazados se dirigieron a la puerta mientras que Jimena y yo nos quedábamos en el auto con el motor en marcha esperando que Raúl entrara a la casa y Claudia regresara al auto para dirigirnos a casa. De pronto con sorpresa vimos como Raúl y Claudia entraban a la casa y cerraban la puerta. Pensé que era otra broma pesada de Claudia esa noche así que esperamos pacientemente con Jimena en el auto hasta que, pasados 10 minutos, ninguno de los dos se asomaba por la puerta.
    
    En vista de que aun mi esposa no se asomaba, decidí con Jimena salir del auto a golpear la puerta y pedirle a mi esposa que regresara al auto para irnos a casa. Cuando estábamos a punto de golpear la puerta, escuchamos gemidos y quejidos que venían de adentro. Nos acercamos por el ventanal de la sala y vimos a Claudia y Raúl en la cocina. Desde donde estábamos no observábamos muy bien pero era muy obvia la escena. Claudia estaba de pie recostada sobre una mesa o algo que le dejaba descargar su cuerpo hacia adelante. De ella solo eran visibles sus piernas, su corta falda levantada sobre su cintura, sus espectaculares nalgas y su tanga caída sobre sus tobillos. La pared de la cocina no nos dejaba ver más. Aferrado a ella por detrás estaba Raúl, quien con sus pantalones abajo, clavaba con su verga a mi esposa. El la tomaba por la cintura y era perfectamente visible como su verga sin condón se escondía y salía bajo la minifalda, aunque no era muy claro si su verga taladraba su ano o su vagina. Lo que si era visible era el rostro de placer de Raúl quien en su cara reflejaba la maravillosa sensación de sacudir su verga dentro del sexo de mi esposa, y la cadencia rápida con la que su abdomen se mecía contra el trasero de Claudia mostraba que su coño estaba a punto de eyacular.
    
    -"Raúl, eres un desgraciado... maldito", dijo Jimena al ver la escena.
    
    -"Papa, llévame a casa ya... por favor", me dijo Jimena escurriendo una lagrima de sus ojos.
    
    La abracé y cuando nos volteábamos para regresar al auto escuchamos el grito de Raúl al derramarse dentro de mi esposa, y el gemido típico de Claudia al sentir en su vagina el esperma calido del semen de un hombre. Su gemido era una indicación de que ella había llegado al orgasmo y me hizo recordar los momentos que presencie en la suite del hotel cuando la verga sin condón del Doctor Jiménez le vació toda su carga en su vagina.
    
    Prendí el auto, acelere y llegamos a casa sin decirnos palabra. Yo aun no salía del shock mientras Jimena seguía llorando.
    
    Ella subió y se encerró en su cuarto. Yo entre a mi habitación y tome la foto que tenemos del matrimonio y sentí mucha rabia por lo que Claudia acababa de hacer. Allí ...
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