1. Culos que valen oro


    Fecha: 16/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Shrink2b, Fuente: TodoRelatos

    ... sexo anal era parte activa de nuestras vidas cuando con relativa frecuencia yo la montaba y en posición de perrito le hundía mi verga en su ano.
    
    Cierto día invitamos a almorzar a Raúl a la casa y Claudia preparo, junto con Jimena, un plato especial con camarones. Mi esposa lucia una corta minifalda azul y una blusa blanca. Bajo la blusa era parcialmente visible el brassier y sus voluptuosos pechos. Jimena tenía puesto un vestido de sastre muy elegante con un ajustado pantalón que marcaba perfecto ese fantástico trasero y una blusa que apresaba sus paradas tetas.
    
    Mirando el deseable culo de mi hija entiendo porque los Doctores pagaron 300,000 pesos por tener la oportunidad de montarla toda una noche y comprendí porque el doctor Jiménez ofreció una cantidad extra de dinero para tener sexo anal con ella. Claro, como yo me negué a eso, me imagine que la verga de Raúl era la única que abría sus redondas nalgas, se hundía en lo profundo de su trasero y se derramaba dentro de su ano. Maldito suertudo, como lo envidiaba.
    
    Durante la cena empecé a observar con curiosidad pero con cierta molestia como Raúl observaba a mi esposa Claudia con interés. A pesar de que Raúl y Jimena tenían ya dos años de noviazgo, nunca antes observe con ojos de celo a mi futuro nuero. El miraba las tetas de Claudia de forma un poco descarada y por supuesto, la corta minifalda de ella era el objeto de detalle cuando mi esposa se paraba de la mesa e iba por más comida a la cocina. Sus ojos se quedaban estáticos viendo el movimiento del trasero de mi esposa bajo esa diminuta falda. Raúl, de 20 años de edad, se mostraba interesado y atraído por la madre de su novia, la cual le doblaba la edad. No lo puedo negar pero Claudia se veía muy deseable y sexy, y por supuesto yo tenia en mente esa noche montarla y hundirle mi verga.
    
    Luego de la comida decidimos salir a bailar a una discoteca. Como yo casi no bailo, Raúl se turnaba las piezas de baile con Jimena y Claudia, mientras que yo me quedaba observando desde la mesa. A medida que avanzaba la noche, vi como Raúl y mi esposa bailaban muy apretados el uno del otro, y se les veía muy entusiasmados. Como una pareja normal ambos juntaban sus cuerpos y el la abrazaba tomándola por la cintura. Mientas tanto yo me tomaba unas copas de vino al lado de Jimena.
    
    -"Ven papa, ven a bailar", me llamo Jimena tomándome de la mano e invitándome a la pista de baile, lo cual acepte.
    
    En ese momento, Raúl y mi esposa terminaban de bailar por largo rato y se acercaban a nuestra mesa. Justo cuando Jimena me empezaba a enseñar a bailar vi como mientras Claudia iba a sentarse, Raúl pasaba su mano por el trasero de ella acariciando su culo lentamente. Claudia y él se sentaron a la mesa y empezaron a beber unas copas, sin darle importancia a lo sucedido. Mientras que Jimena me seguía indicando unos pasos de baile, Raúl seguía con Claudia charlando y riendo en la mesa mientras que su mano tocaba la parte alta de la piernas de Claudia. Como ella ...
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