1. Culos que valen oro


    Fecha: 16/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Shrink2b, Fuente: TodoRelatos

    ... embates de dos vergas quienes al mismo tiempo taladraban sin compasión, su vagina y su femenino trasero. Y todo lo hacia por salvar el delicado trasero de su hija de esas dos sedientas vergas.
    
    Pasaron un par de minutos y los tres llegaron nuevamente al orgasmo. Mientras ellos se quejaban y mi adorada esposa, gritando, recibía en lo profundo de su vagina y su ano simultáneamente sus chorros de semen caliente, me retire de la suite para ir a abrazar a mi hija Jimena quien había salido de la ducha y estaba ya quedándose dormida sobre mi cama.
    
    La abracé y nos quedamos dormidos hasta que los primeros rayos de sol nos despertaron. Mire el reloj y eran las 10:30 AM. El cuerpo desnudo de Jimena estaba a mi lado y sus pechos estaban aprisionados contra mi brazo. Su inmaculado trasero seguía siendo virgen a pesar de que su vagina había recibido en las pasadas 18 horas el castigo de dos penes sedientos de sexo. Soy su padre pero pienso que los Doctores disfrutaron de su cuerpo y pagaron un precio justo por tener a esa belleza de mujer en la cama.
    
    Cuando me disponía a entrar a la ducha, alguien golpeo a la puerta. Abrí y era mi esposa Claudia, con quien nos dimos un fuerte abrazo y compartimos un tierno beso de enamorados mientras que el olor a sexo salía de su cuerpo como una fragancia delicada. Pasamos a la ducha y los dos estuvimos abrazados en silencio todo el tiempo mientras el agua caliente recorría nuestros cuerpos desnudos.
    
    Ese día en la tarde tomamos el avión de regreso a México con la firme convicción de que nada nos detendría para posicionar nuestra empresa nuevamente en el mercado, pero con la perversa idea de que el trasero de Jimena debía ser mío muy pronto.
    
    Luego de la demostración de lealtad de mi hija Jimena y mi esposa Claudia, al entregar sus cuerpos a cambio de la deuda que tenia la empresa, llevamos nuestras actividades diarias de forma normal. Jimena seguía asistiendo a sus clases en la universidad y mi esposa seguía dedicada a la compañía, sacando adelante la producción y muy empeñada en sacar nuevos productos al mercado.
    
    Jimena seguía con Raúl, su novio, y se les veía muy animados como una pareja muy estable. Ella seguía luciendo sus ajustados jeans, su sensacional culo y sus femeninos pechos y me imagine que el era el afortunado que disfrutaba de su cuerpo. Desde la noche en que ella fue el objeto con el que la empresa pago la deuda empecé a observar a mi hija con otros ojos. Recordar como los doctores gritaban, gemían y sus rostros desfigurados por el placer, expresaban la maravillosa sensación de derramarse mientras que sus vergas reposaban en lo profundo de la vagina de Jimena, me dio a entender que mi hija era un verdadero regalo de oro para cualquier hombre que, como Raúl, tuviera la fortuna de montarla y clavarla en la cama.
    
    Por mi parte, Mi esposa Claudia seguía igual de bella y radiante y yo por supuesto seguía disfrutando de sus bondades. Su delicado culo y sus ricas tetas seguían siendo solo mías y el ...
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