1. El visitante nocturno


    Fecha: 12/10/2019, Categorías: Gays Autor: Innomitus, Fuente: TodoRelatos

    Estando boca abajo, giromi cabeza para mirar el reloj que está encima de la mesilla de noche. Marca la una de la madrugada. Como cada noche, siento cómo el pomo de la puerta gira y ésta se abre. Puntual como siempre, me digo a mí mismo. Noto unos pasos adentrarse y cerrar la puerta tras de sí. Mi respiración se acelera, pero tengo que hacerme el dormido. Así funciona el juego.
    
    Lentamente siento cómo se acerca a mi cama. Noto sus manos subir por mis pernas y, despacio, quitanmis sábanas. No es que haga mucho calor, pero suelo dormir desnudo para facilitarle la tarea. Es mucho más divertido así. Acaricia con la yema de sus dedos mis nalgas, se me eriza la piel. Se me escapa un suspiro, pero sigo estando “dormido”. Con cuidado, separa mis nalgas para dejar expuesto al aire nocturno mi agujero. De pronto cae un líquido espeso y caliente entre mis piernas. Da justo en el blanco. Uno de sus dedos se aventura entre mis dobleces y esparce bien la saliva que está sobre mi agujero. Después de un leve jugueteo noto su aliento, su lengua, su boca, empezando a devorarme el culo. Me muevo un poco, dándole a entender que debería tener más cuidado si no quiere que me “despierte”. Afloja un poco el ritmo y me lame dulcemente. Yo me relajo y me dejo hacer. Este tira y afloja en el que debemos fingir mesura y cuidado, pero los dos estamos deseando en dar rienda suelta a nuestros deseos más calientes es algo que me pone muy cachondo.
    
    Una vez que decide que mi ano está lo suficientemente lubricado y relajado se incorpora y se aleja de mí. Escucho ruido y movimiento de ropa. Se está desnudando. Trago saliva. Ya falta poco. Cuando se acerca a mí de nuevo se sube a la cama y se coloca encima de mí. Abre mis piernas con cuidado y coloca la cabeza de su polla en la entrada de mi culo. La noto ardiente, babeante e impaciente, como siempre. Él se acerca a mi oído y me gruñe mientras me comienza a penetrar. Sé que ahora mismo está sonriendo, triunfante. Notar cómo su verga me penetra fácilmente y casi sin resistencia hace que ponga los ojos en blanco y me quede sin aliento. Pero él no tiene compasión, y no para hasta que me la ha metido por completo. Suelto un suspiro de alivio, que poco dura, pues no está dispuesto a darme tregua. Lentamente, pero con decisión, empieza un mete saca que me hace ver las estrellas. Sentir en lo más profundo de mí su verga, en el silencio de la noche y sin luz, incrementa mucho más lo que siento.
    
    Habiendo dado ya de sí a mi pobre agujero, el visitante acelera el ritmo, echando su peso sobre mí. Su cuerpo, caliente y sudoroso, bota encima de mí, regalándome como cada noche el mejor momento del día. Entre sus envites se me escapa algún gemido, que él, rápido y a sabiendas, tapa con su mano y obligándome a meter mi cara en la almohada. No quiero despertar a mamá.
    
    Al cabo de un rato cambia de ritmo, penetrándome de forma lenta y profunda. Yo estoy ya en el séptimo cielo, casi se me olvida de dónde estoy o de qué hora es. Mi polla, ...
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