1. Mamá, morbo, y… estamos solos en casa


    Fecha: 11/10/2019, Categorías: Incesto Autor: MORADO SUBIDO, Fuente: CuentoRelatos

    ... poco duramos en un boliche al que habíamos llegado los cuatro, ya que “Mena” le pidió a “Edu” que la alcanzara a su casa, era imposible dejar de apreciar que “Mena” se había calentado demasiado con Eduardo, cuando veíamos como se la cogía a mi madre. No obstante, mi madre y yo decidimos quedarnos un poco más, —la noche era joven para volver a casa—, así que seguimos bailando y tomando como una pareja más entre tanto olor a morbo y trampa en esa disco; Laura mi madre estaba bastante picadita de alcohol, era momento de bailar más apretaditos y sentir sus lolas en mi pecho mientras acariciaba su espalda haciéndole sentir mis uñas que bajaban hasta su cola.
    
    —Me estás calentando Richard… —me susurró al oído.
    
    —Eso quiero putita, calentarte mucho.
    
    —Pero hay un tipo que nos está mirando y me gusta.
    
    —¿Te gusta que nos miré, o te estás calentando con ese tipo?
    
    —¿Me dejás bailar un rato con él, a ver que quiere?
    
    —Dale, pero esta noche te quiero coger, aunque estemos en Buenos Aires.
    
    Me volví a la barra, cuando mientras pedía otro trago, mi madre comenzó a bailar con ese tipo, que la sujetaba contra su cuerpo provocándole sensaciones que ella me compartía con su mirada, cuando no, mordiéndose los labios (gesto típico de placer de mi madre); en un momento y bajo la poca luz de la pista, Jorge —este tipo— comenzó a besuquearla y a dejar que sus manos jugaran sobre el pantalón blanco de mi madre, que cerrando los ojos abría aún más su boca devorando esos besos. Yo sabía que ya estaba por demás excitada, pero no entregada a ese tipo.
    
    —¿Quién es el que te acompaña?, Le preguntó Jorge.
    
    —Es mi hijo, ¿algún problema? Le respondió ella.
    
    —Ah, que bueno, ¿salís con tu hijo?
    
    —Es mi cómplice y mi guardián en todo.
    
    —Y la noche… ¿con quién la pensás terminar?
    
    —Hmmm eso depende (…).
    
    Mi madre le dio un piquito en los labios, pero lo dejó solo en el medio de la pista, se me acercó, me tomó de la mano y mirándolo me dijo, —vamos bebe— y me cerró la boca con un beso, mientras yo provocándolo, le acaricié la cola y le murmuré a ese desconocido —esta puta es mía—
    
    —¿A dónde me vas a llevar, Fran?
    
    —¿Qué te parece si, después de tanto, vos y yo vamos a un “telo”? hace dos años que te veo coger con tus amigovios y desde la nuestra última vez en Punta del Este, no hago más que dedicarte mis pajas.
    
    —Mi bebe, esta noche vas a acabar adentro de mis entrañas. —Me decía cuando se trepó entre piernas al subir al auto y mi pija sintió la necesidad de pegarse a los labios partidos que su pantalón fatalmente dibujaban. Nos comimos la boca y volvimos a ser amantes sin dejar de ser madre e hijo. Como en esas películas “porno” mientras yo conducía, ella comenzó a desabrochar mi pantalón hasta que acomodándome pude dejar que mi erección fuera a parar hasta el fondo de su garganta, no podía contenerme con la tremenda felación de su boca, no debía acabar, quería hacerlo dentro de ella, en lo más profundo de su vientre.
    
    El “telo” (albergue ...
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