1. Venganza


    Fecha: 09/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... capaz. La desvirgué por el coño y por el culo, y no fue un impedimento para ella el tragarse mi leche tras haber tenido mi cipote dentro de su trasero. Fue un polvo de esos que hacen época. Durante un largo rato estuvimos tumbados desnudos, abrazados el uno al otro. Luego me confesó:
    
    Sé que te follas a mi madre. Hace un par de años os ví, pero no os disteis cuenta de mi presencia. Vi cómo se la metías por el culo de golpe, cómo la jodías hasta correrte dentro. Me cabreé mucho, pensé que me habías traicionado, pero cuando recapacité, cuando recordé cómo esa perra lloraba del dolor, cómo se humillaba ante ti... no pude evitar sentirme bien. No sé porqué no se rebela, supongo que la has estado chantajeando, pero no me importa. ¡Yo no voy a ser un obstáculo; te amo y quiero ser tuya, pero quiero que sigas haciéndola sufrir!
    
    En vista de lo sucedido a mí también me dio un arrebato de sinceridad, aunque no tan fuerte como a ella. Añadí que mi madre estaba en la misma situación que la suya, y acerca del chantaje le expliqué la versión censurada, en la cual no se nombra para nada lo que hablamos el abuelo y yo pero sí las corredurías de esas dos, la existencia de una cinta de vídeo y la amenaza de destaparlo todo.
    
    Todo esto debe quedar en el más estricto secreto. Si el abuelo se enterase de algo de esto, ahora estaríamos todos jodidos – añadí.
    
    No te preocupes, sabes que sé guardar un secreto mi amor.
    
    Desde aquel día también jodía con mi hermosa prima. Así que sus agujeros se acostumbraron a las dimensiones de mi cipote comenzamos a joder de forma asidua, a escondidas, sin no por eso dejar de follar con mi tía y con mi madre.
    
    Cuando pasaron unos meses empezó a pedirme que la jodiese a la fuerza, que la violara y que la insultara mientras lo hacía, que la mordiera en las tetas... Yo sabía casi con certeza que tenía miedo de que me cansase de ella, ya que tenía a tres mujeres con las que echar un polvo y que disfrutaba mucho sacudiendo a las otras dos mientras me las tiraba. Traté de hacerle entender porqué quería que con ella las cosas fuesen distintas a cómo eran con su madre y la mía, pero podía más con ella el miedo que la razón. Cuando la jodía con amor y delicadeza se echaba a llorar, diciéndome que acabaría cansándome de ella porque a los tíos nos gustaba violar a la fuerza a las mujeres, por lo que por desgracia acabé por tratar a las tres igual, debido a lo cual mi amor por ella se diluyó quedando tan sólo una ternura hacia ella aunque en la actualidad mi prima goza de unos privilegios que ya os contaré. Para mí fue un fracaso muy grande, ya que con ella solo deseaba tener una relación de PAREJA NORMAL, SIN VIOLENCIA Y CON TODO EL AMOR QUE NOS PUDIÉSEMOS DAR, como soñábamos cuando éramos niños.
    
    Al pasar de los veintiún años el abuelo enfermó gravemente y pronto murió. Estaba bastante acojonado, ya que no sabía a qué me podía atener ahora. Todo dependía de lo que hubiese dejado en el testamento.
    
    El día que nos reunimos las ...