1. Diario de una zorra (Parte 1)


    Fecha: 08/10/2019, Categorías: Gays Autor: PasBoy95, Fuente: CuentoRelatos

    Hoy, mientras le comentaba a una amiga cómo había pasado mi tarde dándole una buena propina al servicio técnico de internet, se me cruzó la idea de escribir mis experiencias y compartirlas para el disfrute de quien la lea.
    
    Cabe aclarar que nunca fui de escribir mucho así que me disculpo si no está muy bien redactado.
    
    Primero paso a presentarme. Digamos que mi nombre es Julián, soy de Argentina y. al momento que escribo esto, tengo 27 años. Siempre fui bastante flaco aunque herede una cola bastante voluptuosa por parte de mi madre, lo cual ahora agradezco pero durante mi adolescencia odie, tez bien pálida, pelo negro, pecas y rasgos mas bien femeninos además de ser completamente lampiño.
    
    Como dije, mi cola siempre fue algo que me cohibía bastante en la secundaria pero no era lo único. Mi pene es bastante chico y rara vez se erecta. Así que por esas dos cosas nunca fui de prestarle atención a las chicas del colegio y no solía tener un deseo sexual muy fuerte.
    
    Pero ahora vayamos a lo que realmente importa y para lo que están acá.
    
    Tenía 18 años. Estudiando para el traductorado de inglés me hice bastante amigo de Sebastián. Como vivíamos cerca coincidimos en el viaje de vuelta así que un día me empezó a hablar y se hizo algo cotidiano.
    
    Sebastián era un chico muy distinto a mi. Alto, asumo que estaría por encima del metro ochenta, con los músculos marcados, pelo corto y una barba bien mantenida. Yo por el contrario había empezado a dejarme el pelo largo, por lo cual parecía todavía más femenino.
    
    Con ese cambio me solían decir cosas en la calle y más de una vez me tocaron o apoyaron en los transportes públicos, al principio me molestaba pero de a poco me empezaron a gustar. Pero sobre todo me gustaba cuando lo hacía Sebas. Incluso yo era el que buscaba el contacto, “accidentalmente” me tiraba para atrás cuando él pasaba solo para estar aunque sea un momento pegado a él.
    
    Ese ida y vuelta duró unos meses, pero siempre hablábamos de las cosas que nos gustaban y teníamos en común, no era solo un impulso sexual el que teníamos pero se notaba una tensión en el aire. Tensión que nunca había sentido con nadie hasta entonces.
    
    Tenía fantasías con él, miraba pornografía y envidiaba la forma en que los actores movían de un lado para otro a las actrices, amaba ver el momento en que sacaban sus penes de los pantalones y me imaginaba cómo sería esa situación conmigo arrodillado frente a Sebastián. No podía más.
    
    Ya había ido unas cuantas veces a su casa, para hacer algún trabajo de la facultad, estudiar o simplemente tomar algo y jugar videojuegos. Pero la próxima vez que me invitara iba a ser distinto. Le pedí consejos a una amiga, Vanina, sobre cómo encarar la situación sin ser yo quien tome la iniciativa, quería que salga de él, quería ser su muñeca y que juegue conmigo como él guste.
    
    Me acompañó a comprar ropa interior femenina, me prestó un short de jean muy cortito, que dejaba poco a la imaginación por lo mucho que mostraban y un ...
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