Y a veces, difícil de complacer - Relatos Eróticos

Y a veces, difícil de complacer

... decir y darle por bajarme tanto pantalones como calzoncillos, y tras girarme, acabar por embestirme... ooohhh!!.

Obviamente, sabiendo uno a lo que va, os puedo asegurar que voy preparado, no solo por la higiene como la limpieza, sino por ir bien embadurnado en vaselina, y cargadito de popper... uuummm!!. Padre que no dejo de penetrarme con fuerza, como si deseara sacarme su polla por mi propia verga, aunque para esos momentos no estaba por la labor... ooohhh!!.

Y tras un tiempo que no os sabría decir, comenzó a dar gritos de satisfacción, gritos que hizo que algunos curiosos se nos acercaran, no solo a mirar, sino a más de uno a cabo por participar, y verme siendo finalmente preñado mientras chupaba otra polla... uuummm!!.

Y aunque no dejo a mí mismo decirme... ‘es la última vez’, como una droga me hace volver a por más, no siendo solo el mamar una polla, sino el sentirla dentro, y a ser posible me preñe... uuummm!!. Y como suelo decir... ‘a veces, difícil de complacer’, pues eso me hace recordar a Juan, persona que conocí primero mediante páginas de contactos tipo...www.milanuncios.com. Donde antiguamente había una sección de amistad, y dentro de esta clasificada en lo que uno busca, encontrándomelo allí. Y aunque aquello no fructífero, no porque fuera culpa de alguno de nosotros, aunque lo cierto es que al principio fue por su parte, pues no me mostraba su rostro. Pero con el tiempo, me lo encontré en otra, pagina donde mostraba el rostro y su cuerpo.

Y durante unas semanas mareando la perdiz, finalmente le hice ver... ‘ya veremos’, pero sin concretar nada, y que recuerdo como cierto día, tras salir de una reunión en la ‘Campana’ (plaza en todo el centro de Sevilla). Recuerdo que mire la hora, y no tenía ni ganas de volver a la oficina como de ir a mi casa, dándome por coger rumbo al sex-shop, pero en la misma puerta tras ver el panorama dentro. Me dio por llamar a Juan, y proponerle el vernos en su casa, conocido que tras indicarme por donde vivía, y darme cuenta que estoy a menos de diez minutos, acabe por acercarme.

Señas que me doy cuenta que vive en una de las zonas más vieja del casco viejo, donde tras llegar y llamar al porterillo, esté me abre y me dice que vive en la última planta. Donde tras subir por esas blancas escaleras, admiras la decoración de azulejos sevillanos, y llegar hasta su planta, donde vez que es toda suya.

Conocido que, tras hacerme entrar, no deja de cogerme el culo al tiempo que me cuenta algo de sus vecinos, ya que me informa que en la mayoría son todos como él. Y aunque eso no me ayuda nada, este me hace entrar finalmente, dándole por acariciarme, magrearme y comerme la boca, ¡mientras me va despojando de mis prendas... uuummm!!.

Comenzando por quitarme la chaqueta y colocarla bien puesta sobre una silla, siguiendo por corbata, y tras descalzarme, le dio por desabotonar los botones de mi camisa... uuummm!!. Todo esto, mientras le permito que me deje comer la boca, pues como bien sabéis, soy un ...