Familia Corrupción y Sexo 32 - Relatos Eróticos

Familia Corrupción y Sexo 32

... me transparenta todo, hoy tengo antojo de comer una gran banana; palabras que hicieron sudar a los chicos que sudaron ansiosos por coger, aunque realmente no podían hacerles nada, porque ellas solo se dejaban hacer eso por Dany.

Habrían pasado unos días, siendo sábado, sin noticias con el asunto de Jade, la prioridad ahora, el chico se estaba impacientando, pues sabía que las cosas estaban muy mal, aunque gracias a Lucia se iba enterando de algunos desastres administrativos en servicios infantiles, más parecía guardar cosas, no se veía contenta, le daban una sensación de impotencia, una tal Bertha había hecho demasiado daño. En ese momento tras salir de sus actividades militares, un tanto molido por todo el ejercicio, decidió ir por unas pizzas, sabía que le atendería una linda chica morena, quien con 16 años, no perdía la oportunidad de hacerle miradas coquetas, un juego que ocurría desde hace un tiempo, y este ya pensaba en como unirla a su grupo especial, pues recordaba como la ella en sus juegos, aprovechando que era un día flojo, al pedir una propina, diría: vamos señor cliente, que usted es generoso, luego me tengo que ir en camión y voy lejos, ni me da tiempo para darme unos gustos, tráteme con cariño sí; a lo que Dany casi comiéndosela con la mirada, le diría: soy generoso, pero me encanta el servicio personalizado, vamos trátame con cariño y yo te daré más que un simple gusto; la chica en eso aprovecharía de forma un tanto improvisada y se jalaría el escote de su playera mostrando un par generoso de carne color caoba mezclada con leche, cubierto por un sostén naranja, y daría alusión de que la parte de abajo estaba a juego, tremenda sorpresa, le encantaría al chico, quien veía una cara de viciosa en la muchacha que daba “gusto”, así que pagaría con un billete grande, lo que sorprendería a la chica que se vería en problemas sin las monedas suficientes, pues las pizzas apenas eran poco más de la mitad, pero este diría: quédate con el cambio, preciosa, si me sigues tratando así claro que seré generoso y mucho más; lo que haría que cada que fuera Dany la chica le dijera a juego algo coqueto como cierto color o enseñara un poco más, pero también haciendo pequeñas platicas cargadas de lujuria, en donde el muchacho no perdida la oportunidad de asegurarle que podría darle un placer, si en una de esas aprovecharía para regalarle de propina un vale generoso para un par de piezas de lencería fina de una tienda exclusiva, que calentó a la chica, si él casi pudo oler su aroma en celo, dándole deseos de robársela y cogérsela, clavarle la verga tan duro como pudiera, oír sus gemidos, en algún rincón de la plaza comercial. Llegaba con gusto, y como de costumbre la chica ahí, estaba contenta con su cliente favorito, si este aunque le coqueteaba siempre decía:

Mm mi chica de las pizzas, ya tengo antojo de chocolate, pero me tendré que comer otras frutas, lastima, que sean 3 jumbos de especialidad, que vengo cansado y soy como caballo de carrera ...