1. Como conocí a Susana y sus hijas – I


    Fecha: 06/10/2019, Categorías: Incesto Autor: stunnerphantom, Fuente: SexoSinTabues30

    ... turbó un poco pero no le di mayor importancia. Fui a mi cuarto y empecé a ordenar y acomodar mis cosas. Más tarde llamó una amiga, salía de práctica en el hospital e iba a visitarme en mi nuevo cuarto, al llegar la presenté a todos y charlamos un rato y fuimos a tomar algo, en la noche llegué a cenar y ese día transcurrió sin más que mencionar.
    
    El domingo por la mañana estuve estudiando, y las niñas fueron a ciclovía, por la tarde salí a un centro comercial cercano, saqué dinero y fui a casa a pagar mi primer mes. Al llegar don Carlos preparaba para irse, me dijo:
    
    – Siéntase como en casa y cuide muy bien de todas estas mujeres.
    
    – Claro que sí – Le dije, miré a doña Susana y me sonrió.
    
    Mi horario era bastante flexible, me quedaban algunas mañanas y algunas tardes libres así que pasaba algún tiempo en casa en esos momentos, estudiaba, veía televisión o escuchaba música. A veces aparecía doña Susana para brindarme algún cafecito, o Karina retozaba a veces por el cuarto y me preguntaba cosas como qué tal era la medicina, si no me daban miedo los muertos, si me tocaba ver muchos y cosas por el estilo. Lucía era un poco más parca y permanecía mucho tiempo fuera en casa de sus amigas por lo cual mi relación con Karina era más estrecha, por decirlo de alguna forma.
    
    Cierta tarde, estaba descansando, tenía un sillón cómo en el que me recostaba, veía un partido de la Champions League. En eso entra Karina.
    
    – ¿Puedo buscar una tarea en tu computador? – Me preguntó.
    
    – Sí, sigue –le dije- nada más enciéndelo.
    
    Tenía un computador portátil, compañero inseparable de una carrera como esta. Karina buscaba una tarea sobre geografía y tenía una enciclopedia de donde podría obtener información. Pasó un rato revisando cosas en el PC y al final fue por algunos cuadernos y se acomodó en la alfombra, a mis pies. Vestía su uniforme del colegio, usaba una blusita de fina tela blanca, se marcaban sus senitos apenas floreciendo. La falda era de cuadros rojos y negros. Se había quitado los zapatos y andaba en medias blancas. Se sentó en la alfombra dándome la espalda y a los pocos minutos ya estaba acostada en el piso, con su colita levantada, sus piernitas moviéndose de arriba hacia abajo mientras dibujaba cosas en su cuaderno.
    
    Veía un partido de fútbol de la Champions, no recuerdo cuál era. Sentado en mi sillón apenas podía quitar la vista de esas hermosas piernitas. Yo estaba con ropa normal, me había quitado los zapatos y estaba en calcetines. Casi imperceptiblemente, un deseo por acercar cada vez más mis pies a sus piernas me impulsaba. Disimuladamente mi pie derecho entró en contacto con la parte interna de su rodilla izquierda, en medio de las dos, y apenas lo había movido un poco. A ella no pareció importarle y seguía moviendo sus piernitas. Así yo también empecé a mover mi pie un poco a hasta mitad de su muslo, donde ya no me dejaba ver más su faldita colegial, y con un movimiento repetitivo lo acariciaba, sin intentar subir más. Ella ya más ...