1. Vecinos (tercera parte)


    Fecha: 01/10/2019, Categorías: Infidelidad Autor: rodmaseta, Fuente: SexoSinTabues30

    ... qué linda esta pija, qué durita que está…
    
    —Viste, toda dura por vos…
    
    —¿Te caliento? ¿te calienta esta putita? -susurró ella, mientras acercaba su rostro, quedando apenas a unos centímetros del de él, con lo que los labios de ambos casi se rozaban.
    
    -Sí, me tenés loco-intentó besarla, pero ella justó se apartó, descolocándolo.
    
    —¿De verdad? ¿Más que a la cornuda de tu mujer?
    
    —Sí…-contestó él, haciéndose cargo de cuánto morbo le daba la situación. Volvió a intentar besarla, pero ella volvió a apartarse.
    
    —¿Me vas a volver a maltratar? -le preguntó ella, mirándolo directo a los ojos.
    
    -No bebé, perdóname, haceme lo que quieras-le contestó él, totalmente entregado. Volvió a buscar sus labios y esta vez ella no se apartó. Se comieron las bocas con fiereza, pero también con dulzura, con pasión, totalmente inmersos en el momento, sus lenguas coqueteando y conectándose.
    
    Estuvieron así un par de minutos, besándose y tocándose mutuamente, gimiendo levemente para que no los escucharan. Él metió prácticamente todo el consolador en su concha, mojada a más no poder, mientras ella le desabrochó hábilmente su cinturón, le abrió el jean y metió su mano entre sus calzoncillos, sintiendo directamente su pija en su mano, cada vez más dura y gorda. En un momento, ella se apartó ligeramente.
    
    —¿Me vas a dejar hacerte lo que quiera? -le preguntó.
    
    —Sí…
    
    —Quiero esa pija adentro mío…
    
    —Pero…
    
    —La quiero ahora-dijo ella con total decisión, mientras apartaba la mano de él del consolador, se lo sacaba y procedía a sentarse sobre él, todo casi en un único movimiento.
    
    Él prácticamente no puso oposición porque, al fin y al cabo, quería exactamente lo mismo. Ella sacó su pija lo justo y necesario, metiéndosela enseguida en su concha.
    
    —Ah, qué rica esta pija, como me gusta…-exclamó ella, mientras empezaba a cabalgarlo.
    
    —¿Más que la del cornudo de tu novio? -le preguntó él.
    
    —Sí, mucho más, ¿y sabés qué? -le dijo ella, acercando su boca a su oído, como contándole un secreto-Me encanta hacerlo cornudo con el pervertido de mi vecino.
    
    Eso lo volvió loco. Se besaron otra vez, mordiéndose los labios incluso y ella puso su rostro sobre sus tetas, a las que él devoró, lamiéndolas y chupándole los pezones. Ella lo cabalgaba cada vez más rápido y él tomó sus nalgas, acariciándolas y manoseándolas, incluso dándole una nalgada. Eso la calentó más todavía y aceleró aún más el ritmo. Ya ambos estaban a punto de acabar.
    
    —Estoy muy cerca, voy a acabar-dijo él.
    
    —Yo también. Llename toda.
    
    —¿Querés toda mi lechita?
    
    —Sí, esta putita la quiere toda. Quiero sentirte acabar.
    
    Él ya no se pudo contener y empezó a acabar, sintiendo que su concha lo exprimía por completo. El sentir su semen inundándola terminó de llevarla a ella hasta el punto máximo de excitación y también acabó. Ambos quedaron exhaustos, tratando de recobrar el aliento. De a poco, volvieron a la realidad, dándose cuenta que a unos pocos metros todos seguían viendo el partido, ...