1. Una mujer insatisfecha


    Fecha: 28/09/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Juanjo y Lucila, Fuente: CuentoRelatos

    Me llamo Hugo, tengo 44 años y trabajo en una multinacional de la energía fotovoltaica.
    
    Los viernes por la tarde y sábados doy compañía y lo que quieran a señoras que están o se encuentran solas.
    
    Mi contacto no está en los anuncios que hay en la red, solo lo tienen unas pocas personas y funciono por el boca a boca.
    
    Hace unas semanas me llamó una señora de cincuenta y tantos años, casada y que necesitaba sentirse viva sexualmente.
    
    Se la notaba muy nerviosa, era la primera vez que recurría a esto, y no tenía claro que fuera capaz de dar el paso.
    
    Traté de tranquilizarla diciéndole que su situación es muy común y que hay muchas señoras que recurren a este servicio y muchas repiten.
    
    Antes de dar el paso, quería conocerme, ver como soy físicamente y que le explicara como son los encuentros.
    
    Quedamos la tarde de ese viernes en una cafetería en un barrio alejado del suyo.
    
    Era una mujer de mediana altura, atractiva y con un cuerpo corriente, vestida elegantemente, pechos grandes y caderas anchas.
    
    Me dijo que se llamaba Alicia, estaba casada y tenía 3 hijas. Su marido tenía 61 años y solo tenían relaciones sexuales una vez al mes.
    
    Después de 32 años de casada, la pasión no existía y la relación era de rutina total.
    
    Él la hacía un tocamiento rápido y rápidamente pasaba a la penetración.
    
    Se corría rápido y ya está, hasta el mes siguiente.
    
    Ella se sentía mal como si su marido la utilizara solo para satisfacerse él y necesitaba sentirse viva, deseada y que de verdad la hicieran disfrutar del sexo.
    
    Nunca había estado con otro hombre y por eso le costó mucho dar el paso de llamarme.
    
    Le expliqué que yo solía quedar en mi domicilio o en un hotel.
    
    Trataba a la mujer de forma delicada, sin prisas y solo hacia lo que ella quería.
    
    A medida que la conversación avanzaba se iba tranquilizando, pero no se atrevió a dar el paso siguiente.
    
    Nos despedimos sin quedar para una segunda vez, pero se fue más tranquila y relajada.
    
    Unas semanas después me volvió a llamar, un poco nerviosa, pero decidida.
    
    Tenía reservada una habitación en un hotel. Quedamos directamente en la habitación, para no tener que entrar juntos.
    
    Llegué un rato después que ella y allí estaba esperando, muy nerviosa.
    
    Teníamos 3 horas, su marido se había ido al futbol con un amigo y después del partido se solían tomar una copa antes de volver a casa.
    
    Yo me había preparado como siempre, recién duchado, bien vestido y 45 min antes de la cita me tomé una pastilla, levitra de 10 mg, para estar a la altura.
    
    Siempre procuro actuar para rebajar la tensión porque muchas mujeres es la primera vez que tienen un encuentro y al principio lo pasan mal.
    
    Le cojo la mano y me la acerco con suavidad, la abrazo, la beso, al principio en la mejilla y poco a poco me voy acercando a su boca. Me recreo en la comisura de sus labios y paso a besarla el cuello.
    
    Ella empieza a jadear suavemente y poco a poco se va entregando. Bajo la mano y le toco el culo por ...
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