1. La fiesta de fin de año en casa de mi jefe (parte 1)


    Fecha: 15/09/2024, Categorías: Intercambios Autor: Dayenorius1, Fuente: CuentoRelatos

    ... trajín, así que quedamos los cuatro solos, tomando más espumante dulce en sendas reposeras al aire libre, cerca de la pileta.
    
    -Tengo calor, dijo Diego, y se sacó la remera, mostrando su torso lampiño de Adonis bien trabajado, con unos pectorales y abdominales de ensueño.
    
    -¡Guau!, exclamó Luli, mi mujer, qué bueno que estás. Te felicito Lorena, está para comérselo.
    
    -¿Viste? Hacé una pasarela, Diego, para nosotras, por favor, le pidió Lorena, que a vos te gusta mostrarte.
    
    -¿Y para mí?, dije yo.
    
    -Para Flavio también, que te come con los ojos, me parece, dijo ya algo lanzada.
    
    Alcé mi copa, le tiré un beso al aire y ella lo pescó relamiéndose. Diego se descalzó y comenzó a caminar cimbreante alrededor de la pileta, terminando con un baile sensual delante de ellas, mostrando su paquete a punto de reventar la bermuda celeste.
    
    -¡A mí también me dio calor!, dijo mi mujer y se quitó la camisola mostrando sus tetas firmes apenas cubiertas por un corpiño translúcido que dejaba ver sus pezones erectos.
    
    -Yo estoy bien caliente, dije y me saqué la camisa y mi bermuda, quedando sólo con mi boxer blanco.
    
    -¡Así no vale!, dijo Luli. Que Diego se saque la bermuda también.
    
    -Dale Diego, dijo Lorena, y el bombón no dudó en sacarse la bermuda quedando sólo cubierto con un slip blanco bien ajustado que resaltaba su bulto y sus nalgas firmes y redondas.
    
    Me acerqué a él y lo tomé de la cintura para acariciarlo y acompañarlo en su baile ante ellas. Él también me tomó de la cintura y acompañó mis torpes movimientos, con mucha sensualidad. Aproveché para acariciarle los glúteos con una mano sobre el finísimo slip y él se dejó llevar, así que con la otra le empecé a acariciar los abdominales y pectorales mientras me relamía, provocándole escalofríos. Aullaron y aplaudieron las chicas, acentué mis caricias y Diego sus meneos bien junto a mí, hasta que Luli gritó:
    
    -¡Que se besen, que se besen!, a lo que se unió Lorena, que se había sorprendido al principio.
    
    Lo atraje aún más para pegarlo a mi cuerpo, de frente, Diego siguió meneando apoyando su bulto al mío y me tomó de la cintura, mientras yo le sobaba descaradamente sus glúteos para apretarlo contra mí, nos miramos a los ojos y me atreví a besar sus labios.
    
    -¡Es un piquito! ¡Más, más, más!, pidieron las chicas.
    
    Sin dejar de mirarlo a los ojos, abrí mis labios y empecé a hurgar con mi lengua entre los suyos hasta que pude abrirlos y metérsela todo lo que pude para besarnos apasionadamente abrazados mientras las chicas aullaban de placer. Nos dimos un morreo de varios minutos sin dejar de tocarnos el culo y franelear nuestros bultos mutuamente hasta que paramos para respirar, bastante agitados y excitados.
    
    -¡Guau! Eso estuvo genial. ¡Otro! ¡Otro!
    
    Lo tomé de la cara y mirándolo a los ojos, le dije que me ponía muy caliente y que me lo quería comer todo.
    
    -¿Todo? ¡Todo!, y bajé la vista a su bulto, mientras le sujetaba bien las nalgas para apretarlo más a mi cuerpo.
    
    -¿Y ...