EL DOCTOR HUGO VELÁZQUEZ Y SUS PRINCESAS. Cap. III - Relatos Eróticos

EL DOCTOR HUGO VELÁZQUEZ Y SUS PRINCESAS. Cap. III

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vacaciones familiares.

A partir de entonces la vida les cambio. Al día siguiente penetró a Paulette repitiendo los mismos pasos que con Claudia. Le lamio el culo y le metió unos centímetros de lengua dentro de él, le aplicó lubricante y le metió el glande primero y luego tres o cuatro pulgadas. La reacción de la niña fue igual a la de su hermana y terminaron los dos en un delicioso orgasmo. Esa sería una rutina diaria pues podía encular un día a Paulette y al otro a Claudia dándoles tiempo a reponerse, pero a los 10 días las dos lo pedían diario. En tres semanas se dio cuenta de las preferencias de cada una. A Claudia le gustaba ser enculada y a Paulette mamarle el pene, pero también disfrutaban de lo demás. Y así, poco a poco se dio cuenta que eran unas pequeñas ninfómanas pues le exigían sexo diario por lo que tuvo que tomar ciertos estimulantes para poder estar a la altura. Pidió el apoyo de Brenda que gustosa se prestó a ayudarlo y dos veces a la semana platicaba con las niñas explicándoles cómo debía ser su relación. Que no hubiera envidias, que compartieran sus places, que su papá las amaba mucho, etc.

La siguiente sorpresa de Hugo fue cuando le preguntaron si era malo el sexo homosexual.

-No soy asiduo a ello, peo si a ustedes les atrae yo no pongo objeción, nada mas no me dejen fuera de sus placeres. A mí no me gustaría el sabor del semen de un hombre como le puede gustar a una mujer, pero no sé si a una mujer le guste el sabor de los jugos femeninos.

-A mí no me desagrada- dijo Paulette.

-¿ya lo has hecho?

-No……..pero muchas veces después de metérsela a Claudia y ella se viene se la sacas y me la meto en la boca embarrada de sus jugos. Es más, hasta me excita.

-A mí también dijo Claudia. Es más, varias veces se la has metido en su culo y luego se la sacas y me la metes en la boca y también me excita.

En ese momento Hugo se dio cuenta que llegaría muy lejos placenteramente con sus hijas.

Se hundieron en una rutina. Pasaba en la tarde a recogerlas a la escuela y llegaban a casa a comer, después de una siesta tenían la primera sesión de sexo y en la noche la segunda. Ellas tenían ocho años y medio, el 28 y estaba en la cúspide de su poder físico que ayudaba con ciertos medicamentos para producir más semen y aguantar más tiempo y repeticiones. Brenda era asidua visitante y las niñas la querían mucho, pues era alguien con quien platicar su situación. Un día Brenda le recomendó un maravilloso lugar donde podían pasar un fin de semana en las huasteca….un lugar paradisiaco donde te rentaban unas cabañas con todas las comodidades y bardeadas, donde estabas oculto de cualquier mirada. Tenían todas las comodidades y además tenían una pileta de 4 x 5 metros bajo techo donde podían retozar en el agua. Hugo aparto una para 15 días después por 10 días de estancia y en la fecha indica se presentaron en el lugar, previa compra de víveres en el poblado más cercano. Nada más ...