1. Lissa, la exótica venezolana


    Fecha: 13/09/2024, Categorías: Confesiones Autor: mrwilson, Fuente: CuentoRelatos

    Desde hace unos meses debido a la crisis que se vive en Venezuela, muchas personas han decidido venir a mi país con el ánimo de mejorar su calidad de vida.
    
    Una de esas personas es Lissa, con apenas 23 años, bella de unos 1.60cm de estatura, cabello castaño, piel canela, cuerpo armonioso acompañado de unos senos grandes, firmes y un bello culo.
    
    La conocí en un establecimiento de comidas cerca de donde vivo, ella tiene una forma muy cordial de atender a sus clientes, con su acento caribeño y esa mirada picarona acompañada de esa boca y sonrisa sensual, de esa manera es difícil no querer ir una y otra vez a comer a ese lugar; el hecho es que me convertí en un cliente constante de tal manera que la saludaba por su nombre y ella por el mío.
    
    Cierto día, en una acostumbrada visita de parte mía, ella al atenderme me da la triste noticia que se va de la ciudad, la razón, al parecer su hermana le había conseguido empleo y en dos días viajaba.
    
    No pude disimular mi cara de nostalgia y de cierta tristeza del solo hecho de pensar que no la vería, la invite a sentarse conmigo (aprovechando que era el único cliente por atender en ese momento), empecé a preguntarle por sus cosas, y si iba a extrañar esta ciudad; entre charla y charla, le propuse salir a comer algo diferente a lo que se vendía en ese lugar, ella aceptó la invitación; cosa que me alegro mucho.
    
    Aprovechando que mi esposa e hijo se iban de viaje a visitar a un familiar, opté por quedarme adelantando unos trabajos, pero en mi mente estaba expectante de la salida con Lissa.
    
    Al otro día, después de mediodía, ella me escribió para confirmar la salida. A la hora acordada, pasé por ella hasta la esquina de donde vivía y de allí fuimos a comer; Lissa estaba vestida muy sensual, con un legins negro, una blusa de tiras, sandalias y ligeramente maquillada, uñas vinotinto y cabello suelto largo le llegaba a mitad de su espalda, aproveché para decirle lo guapa que estaba, ella me respondió con algo de ironía diciendo que se sentía muy sencilla.
    
    Ya en el sitio, empezamos a hablar y reírnos de cuánta cosa se nos ocurriese, ella pidió una ensalada de frutas con helado de vainilla, me llamaba la atención la forma en que se metía y sacaba la cuchara a su boca, lo hacía mientras me miraba, siempre que lo hacía con su lengua le daba un toque muy sensual. Fue en una oportunidad que la salsa de mora se regó en su mentón que aproveché para acercarme a ella para limpiarla con una servilleta, nos miramos sin dejar de sonreír por alguna bobada que había dicho yo, me acerqué y la besé, fue un beso delicioso, sus labios fríos pero dulces, pude sentir su lengua también suave. Fue un beso largo, delicioso.
    
    Luego de ahí fuimos a hacer unas compras que ella necesitaba para el viaje. De camino ambos en la motocicleta ella me agarra de mis bolsillos delanteros y con su mano derecha acaricia la cremallera de mi jean. Al terminar de hacer las compras, me dice que la lleve a su casa, por mí no hay ningún ...
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