El conserje - Relatos Eróticos

El conserje

... boca. Le dije que otro día me podría hacer lo que el quisiera, que no había terminado de chupar. Me quité la camiseta y seguí a ello.

- te gustan las pollas. cuando te he visto me he imaginado que te gustaba comerlas. sigue, sigue..

Seguí disfrutando de ese trozo de carne y esos huevos, que se notaban tenían unos cuantos días sin ordeñar.

Empecé a mamársela más rápido porque quería otro de mis vicios: que se corrieran en mi cara.

Seguí mamando y vi su cara, vi como cerraba los ojos, mordía sus labios y levantaba la cabeza.

Le dije con voz de puta seductora:

- dame tu leche..

No bien terminé de decir esto y el conserje me echó dos chorrazos de lefa en la cara. Uno de ellos casi me da en el ojo izquierdo.. su pene siguió eyaculando ya sin tanta fuerza, y su lefa fue a parar a mi pecho. Con la cual jugué un poco ya que estaba algo espesa. Pero no me la comí, a pesar de que quería hacerlo. Ya lo he hecho otras veces, pero con tíos que conocía más de un día jajaja.

- qué bien la comes. contigo la voy a pasar muy bien.

Le pedí me dijera donde podía lavarme. Cuando estuve limpio, me esperaba con la verga semi flácida en el sofá donde estuve sentado..

- ya te vas?

- sí, me ha gustado mucho. Pero como para conocernos está bien por hoy.

- quédate un poco más. no trabajo hasta mañana.

A pesar de que me había gustado volver a mamar una verga, quería irme a casa y darme una ducha.

Me acerqué donde el, me agaché y le di un beso de despedida a ese trozo de carne que me había dejado con los calzoncillos húmedos pero sin acabar.

Me guardé la corrida para cuando estuviera en casa, recordando la buena tarde que había tenido y confirmando que me gustan las pollas más que los chochos..