1. El verdulero bruto


    Fecha: 09/09/2024, Categorías: Gays Autor: rogerx05, Fuente: CuentoRelatos

    ... mi mayor vocecita de putito femboy.
    
    El verdulero no aguantó más y me agarró por el brazo y me arrastró hacia atrás del local, me llevó a un depósito donde guardaba las verduras. Me tiró contra una pared y me apoyé con mis dos manos dándole la espalda. No sabía si me quería coger o si estaba a punto de darme la paliza de mi vida...
    
    Verdulero: -Ahora vas a ver, puto de mierda, lo que es bueno
    
    Yo: -¡Ay, AY!
    
    Verdulero: -¡Callate puto, callate que nos pueden escuchar!
    
    Yo: -¡Ay! -. Logré decir y después ahogué mis palabras tapándome la boca yo mismo con mi mano izquierda, mientras con la otra me apoyaba contra la pared.
    
    El verdulero empezó a bajarme el pantalón elastizado desde atrás, me dejaba el culo al descubierto y yo para ayudarlo me desprendí el botón y el cierre. Descubrió por completo mi culo redondo, suave y depilado, totalmente entangado y soltó una frase que pretendía ser hiriente pero que se notaba lo llenaba aún más de calentura:
    
    Verdulero: -¡Pero qué puto de mierda! ¡Mirá la tanga que tenés! ¡¿Cómo podés salir así a la calle?!
    
    Yo: -¡Sí, señor! ¡Castígueme, castígueme! ¡Soy un puto de mierda, hágame lo que usted quiera!
    
    Verdulero: -¡Ahora vas a ver lo que es bueno, así se te van a pasar las ganas de andar de puto por ahí!
    
    Acto seguido se desprendió el pantalón de jean, se bajó el cierre y peló una verga gruesa que ya estaba muy, muy dura. Una verga venosa, caliente, ardiente como una braza volcánica, y me la empezó a meter sin lubricación.
    
    Yo: -¡AY, AY!
    
    Verdulero: -¡Callate puto, si te gusta! -. Me tapó la boca con una mano mientras con la otra me arrancó la tanga negra que yo traía puesta. ¡Esa tanga me salió carísima! Pero en ese momento no me importó porque la calentura que tenía era mucho más fuerte que cualquier razonamiento monetario.
    
    Verdulero: -¿Te gusta, puto? ¿Te gusta? ¿Esto es lo que querías, no?
    
    Yo: -¡Sí, señor! ¡Me porté muy mal, no me tenga piedad, castígueme señor verdulero!
    
    Yo gemía como una puta en celo y me derretía de placer. Mi cuerpo flojito se dejaba hacer y no oponía resistencia ante la brutalidad de este animal que me zamarreaba con cada empujón.
    
    Mi ojete estaba dilatado a la fuerza por esa verga siniestra que se abría paso a empellones sin piedad y sin saliva. Cada embestida de ese cuerpo fibroso, furioso, caliente, me hacía delirar de calentura y de morbo candente. No soportaba más y mi líquido pre-seminal estaba chorreando por mi pequeño pene. Me calentaba tanto la situación que mi verguita estaba chorreando saliva peneana.
    
    El verdulero me tomaba por la cadera con una mano y con la otra me tapaba la boca para que no hiciera ruido, al punto ya casi de quitarme el aliento. Lejos de asustarme esa situación aumentaba mi orgasmo a punto de venirme en cualquier momento. (La asfixia aumenta la sensación de placer, no la disminuye)
    
    Verdulero: -¿Esto es lo que te gusta, no? ¡Putito! ¿Esto es lo que te gusta? ¡¿Eh!?
    
    Yo: -¡¡Sí, sí, señor!! ¡Castígueme, me lo ...