Mateo. ¿23 son muchos? III - Relatos Eróticos

Mateo. ¿23 son muchos? III

... juntas.

S -¿y el colegio de Arturo?

M- Hablaré con la directora, es muy amiga de nosotros. Seguro lo aceptan y él es muy inteligente, rápidamente se nivelará.

M- Pensaste en todo. Eres tan brillante y yo tan tonta.

Ya déjalo Silvia. Tú eres inteligente y errores cometemos todos

S-Gracias por ayudarme

M- De nada, no solo te ayudo a ti, también a mi hijo que vive contigo.

S - Lo sé. Y gracias por dejarme ver tus ojos, tenía años esperándolos. Siguen siendo el azul más hermoso que he visto.

M- Ahora el que está sonrojado soy yo.

S- Hahahaha me la debías desde el cumpleaños de Victoria. ¿Te acuerdas?

Nos miramos a los ojos y la nostalgia dejó un silencio incómodo, el cual interrumpí con una frase consiliadora:

M- Sabes que aún te quiero.

S- ¿Será que podemos?

M- Una cosa es querer y otra es poder. Y yo no puedo perdonarte.

S- ¿Algún día podrás?

M- No lo sé.

Luego y sin dar tiempo a nada apareció mi pareja.

L- Cariño sé que estás ocupado, pero requerimos tu presencia, vamos a cantar el cumpleaños.

S - Laura se llevó nuevamente a Mateo y de forma astuta retrasó el paso, dejándolo salir primero. Por su parte antes de salir volteó y me miró con desprecio, endosando una risa burlona. A la cual le dediqué un pensamiento puro y cristalino. Ósea: “Vieja de mierda, a ver cuál de las dos ríe último”.

Mateo:

El sábado Silvia y Paula se fueron para Barcelona y para mi sorpresa Arturito y Laura se la llevaron genial. Mi hijo estaba alucinando a los sitios que lo llevábamos y especialmente el club de golf, el cual estaba repleto de niñas de su edad.

Laura para ganárselo aún más, le ofreció enseñarlo a conducir en su porsche cayene, lo que hizo que mi hijo sencillamente flotara pensandolo.

Mientras me llamaban. Paula y Silvia las cuales iban rumbo a Barcelona sonrientes y llenas de vida. Ambas felices por estar juntas. Y especialmente la madre por estar más cerca de mí.

Ahora que lo pienso por un breve espacio de tiempo, fue algo casi perfecto. Sin embargo, la opción de tener dos mujeres era insostenible e inviable. Vamos que para ser sincero ninguno de los tres aceptaríamos eso. Además, primero tenía que perdonar a Silvia y eso era muy difícil.

Estando en el club de golf vi a lo lejos a Laura y Arturito aprendiendo a jugar. Mientras miraba la grama y los árboles alrededor, me llegó una idea en forma de pregunta.

¿Y si le dejo el apartamento a Silvia y a mis dos hijos? Podría ponerlo a nombre de ellos y buscar para mí una casa con vista a una reserva forestal o algún parque. No se algo donde pueda salir a caminar y despejarme.

Se lo planteé a Laura y le encantó la idea, además empresaria al fin, enseguida calculó su ganancia, ósea el 10% de la venta. Cómo ella misma decía, aunque seamos pareja, negocios son negocios.

El lunes Silvia regresó feliz con sus cosas y por su parte Paula me contó, que Arturo le suplicó llorando que no lo dejara. Sin embargo, ella, aunque triste por hacerle ...