1. Las fantasías de un hijo con su madre XXVI


    Fecha: 08/09/2024, Categorías: Incesto Autor: Mister Dark, Fuente: TodoRelatos

    A partir de ese día, madre e hijo se comportaban como marido y mujer, incluso dormían juntos en la misma cama. Es por eso por lo que apenas 10 días después, mientras Manuel dormía a los niños, aprovechó Raquel para arreglarse, quería sorprender a su hijo. Raquel se enfundó desnuda, solo con el velo del vestido puesto, unos zapatos de tacón, algo de colorete en las mejillas y los labios pintados. No llevaba ropa interior. Y llevaba un collar y unas pulseras en los tobillos como señal de pertenencia a Manuel. Cuando Manuel llegó al rato, al pasar a la habitación se quedó parado ante la visión que tenía delante. Manuel estaba sorprendido por lo que veía, una diosa morena delante de él.
    
    Manuel: ¿Mamá? – dijo sin aliento al observarla con esa vestimenta y el pelo suelto cayéndole por ambos lados de su cuello.
    
    Raquel: Sí, mi amor – dijo sonriente por causarle esa reacción a su hijo.
    
    Manuel: ¿Qué haces? – dijo caliente.
    
    Raquel: Recibir a mi hombre como se merece, para mimarlo y consentirlo – dijo acercándose a él - Quiero relajar a mi dueño, a mi hombre, a mi amor – dijo en su oído antes de morderle la oreja suavemente.
    
    Raquel se abrazó a Manuel mientras le quitaba poco a poco, lentamente el pijama, dejándolo desnudo, al mismo tiempo que le daba pequeños besos en las mejillas y el cuello. Manuel quería hacerla suya ahí mismo, pero se dejó hacer. Lo llevó a la cama y lo tumbó. Raquel observó su erección y por instinto se relamió, gesto visto por Manuel, que sonrió lascivo. Raquel le invitó a que se tumbara boca abajo y se sentó en su culo. Manuel sintió el coño desnudo y empapado de Raquel en su culo. Sonrió. Raquel, luego de rozarse con su coño en el culo de Manuel varias veces para que notara su excitación, cogió un bote de aceite de la mesita y se untó primero sus manos con él para, acto seguido, comenzar a darle un relajante masaje a Manuel. Le recorría los hombros y el cuello, bajaba por su espalda hasta casi su culo.
    
    Raquel: ¿Te relaja, mi amor? – susurró en su oído.
    
    Manuel: Mucho – dijo relajado.
    
    Raquel sonrió antes de lubricarse con aceite todo su cuerpo y tumbarse encima de Manuel, dejándole notar sus voluminosos pechos en su espalda, mientras sus manos le recorrían ahora sus brazos hasta entrelazarlas con las de Manuel. Raquel siguió con el tratamiento relajante. Raquel se movía como una culebra encima del cuerpo de su hijo, llegando incluso a masajearle las piernas con su cuerpo. Manuel estaba excitado cuando, por sorpresa, Raquel demostrando lo hábil que era, dio la vuelta a Manuel quedando ella de nuevo encima suya, pero esta vez con el miembro erecto de su hijo entre sus piernas.
    
    Raquel: Mmmmhhh, amor, veo que necesitas relajarte de verdad – dijo empezando a rozarse descaradamente con su coño en su verga.
    
    Manuel: ¡Mamá! – gimió mirando el balanceo de sus ubres.
    
    Raquel: Mi amor – gimió – te pertenezco en cuerpo y alma – le invitó cogiéndose las ubres con las manos.
    
    Manuel: ¡Me encantan tus tetas, mamá! – ...
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